ASOCIACIÓN CULTURAL LOS SITIOS DE ZARAGOZA

Palabras de presidente.

XIII ruta de los Sitios.

Noticias de los Sitios.

La defensa del reducto del Pilar.

Obras de los franceses en el segundo Sitio.

Zaragoza en noviembre de 1808.

Otra ruta: Gerona.

Un año más nos encontramos en las calles zaragozanas para revivir parte de los hechos sucedidos en ellas hace casi doscientos años. En esta ocasión nos centraremos en la zona que el propio Napoleón marcó como la más fácilmente atacable: Santa Engracia. En ambos asedios, el punto en que nos concentramos esta mañana fue testigo del esfuerzo francés por abrir brechas en la tímida muralla española. En ambos casos, el 4 de agosto de 1808 y el 27 de enero de 1809, el ataque fue victorioso. No podía ser de otra manera, pues las débiles tapias del convento de los Jerónimos poco podían resistir los impactos de la poderosa artillería atacante. Como viene siendo habitual, tendremos muy presente el recuerdo al general Palafox. En esta ocasión será con la visita al actual Palacio de Capitanía, punto destacado en los combates, no en vano sobre su solar se asentaba la porfiada Torre del Pino. Allí se guarda la que durante muchos años fue la única estatua que Zaragoza tenía de su caudillo. Y terminaremos nuestro paseo en el actual Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que en 1808 era la Capitanía General, escenario de la proclamación de Palafox en los turbulentos días de mayo de 1808. Entre ambos puntos iremos conociendo algo más de cómo se desarrollaron los combates a lo largo del actual Paseo de la Independencia, resultado del desescombro llevado a cabo tras los asedios y, a fin de cuentas, producto de los conceptos urbanísticos franceses. Terminaremos con la ofrenda floral ante la tumba de Palafox, en la cripta del Pilar. Aprovechando que mañana es domingo, esta Ruta “se alargará” con un homenaje a las Heroínas. Se colocarán flores en el mausoleo de la iglesia del Portillo (donde reposan Agustina, Casta Álvarez y Manuela Sancho) y en el convento de las Hermanas de Santa Ana, ante las tumbas de la madre Rafóls y del padre Bonal. Posteriormente se homenajeará a Palafox en su estatua ecuestre, en la plaza de José María Forqué. La cita, a las 11,15 en la Plaza del Portillo.

XIII RUTA DE LOS SITIOS

1 de noviembre de 2003

9,30h: Reducto del Pilar (ahora conocido como Glorieta Sasera).Palacio de Capitanía. Estatua de Palafox. Plaza de Santa Engracia. Plaza de España.Palacio de los Luna o de los Gigantes. Actual Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Capitanía General en 1808. Descanso del guerrero, con café y reflexión.

13,00h.: Ofrenda al general Palafox, en la cripta de la Basílica del Pilar.

11,15h.: Concentración en Plaza del Portillo.

11,30h.: Homenaje a las Heroínas, en Iglesia del Portillo.

12,00h.: Visita a Casa de las Anas. Homenaje a la madre Rafols y el padre Bonal.

12,30h.: Homenaje a Palafox. Plaza José María Forqué.

13,00h.:    Ofrenda al general Palafox, en la cripta de la Basílica del Pilar.

NOTICIAS DE LOS SITIOS

LIBROS

La Institución Fernando el Católico tiene muy avanzada la edición del XV Premio Los Sitios. Por otro lado, está en marcha la reedición del X Premio (la “Condesa de Bureta” de nuestra amiga Nuria Marín) a cargo de la Fundación Bureta.

INTERNET

En www.satrapa1.archez.com/ se puede encontrar una nueva y magnífica página sobre Historia, diseñada por un simpatizante de la Asociación.http://es.geocities.com/luzdemagnesio/index.htm ofrece una serie de postales realizadas en 1908, con ocasión del Primer Centenario de la Guerra de la Independencia. Incluye curiosas interpretaciones de personajes (como la condesa de Bureta que reproducimos) y hechos de Los Sitios.

En http://www.clockwk.com podemos encontrar un Atlas sobre la EUROPA NAPOLEONICA. Pertenece al programa global del «The Centennia Atlas» sobre la evolución de las fronteras geográficas de Euroasia y América hasta la actualidad. Muy gráfico e interesante, a pesar de incluir errores de bulto, como el de localizar Zaragoza (“Saragosse”) en “Catalonia, northern Spain”.

MOVIMIENTO EN ZARAGOZA

Ya decíamos en nuestro anterior Boletín que se percibe un mayor interés por Los Sitios en la ciudad. El pasado 21 de junio nos sorprendió la iniciativa de Recicleta y la Agencia Medioambiental Ibón de llevar a cabo algo similar a nuestras rutas, pero en bici. Pararon en las plazas del Portillo, del Rosario (Arrabal) y San Agustín. Y todo ello bajo el lema “La ciudad que olvida su pasado pierde su futuro”. Estamos de acuerdo.Colaboración con Arrabal, programa educativo.

XIX PREMIO LITERARIO

Se convoca el certamen para trabajos sobre la Guerra de la Independencia. Deben ser inéditos y pueden entregarse en nuestra sede hasta el 9 de enero de 2004. Se identificarán con pseudónimo; en sobre aparte se adjuntará documento acreditativo de la identidad del autor. Se presentarán por triplicado, a una cara, en A-4, y con un mínimo de 100 páginas para el Premio Especial y de 20 para el de Jóvenes (hasta 18 años). Se adjuntará en soporte informático. La entrega de premios se realizará en el Paraninfo el 20 de febrero. El Premio de Investigación Histórica está dotado con 1.500 euros y medalla. Para el Premio a Jóvenes la Academia General Militar cede libros por 300 euros y medalla.

OBRAS EN CALATAYUD

El Palacio del Barón de Warsage, actual Casino de Calatayud, sigue en reformas. Ahora se trata del arreglo del tejado, después de haber renovado en los últimos años la escalinata. En la fachada muestra un mármol en recuerdo de quien tanto se distinguió en Los Sitios. Loable labor la desarrollada por la institución bilbilitana, máxime teniendo en cuenta que es privada.

ÉXITO DEL DÍA DE LOS SITIOS

En medio de un agobiante calor, el 12 de junio conmemoramos el comienzo del Primer Sitio. La amena charla del profesor José Luis Corral fue seguida atentamente por el público que abarrotaba el salón de actos del Museo, mientras en la Plaza el público que paseaba o tomaba el fresco disfrutaba con los pasodobles de la banda de la Diputación Provincial y los vibrantes toques de Caballería interpretados por la del Regimiento Numancia. Como es habitual, la ofrenda floral en el monumento a Los Sitios puso broche final al acto.

DESPEDIDA DEL PRESIDENTE

Zaragoza, 7 de octubre de 2003.

Queridos amigos: Con esta carta quiero despedirme de vosotros como presidente de nuestra Asociación. Razones personales son las que me mueven a presentar mi dimisión. Durante estos tres años he intentado consolidar las actuaciones tradicionales de la Asociación, al mismo tiempo que animaba a los socios a participar en las tareas diarias y en los nuevos proyectos. Especial gratitud debo a los asociados por la entusiasta participación en nuestras actividades y agradecido reconocimiento a los miembros de la Junta y a todos los que se han integrado en los grupos de trabajo. Estamos próximos a la celebración del Bicentenario y todos sabéis que Zaragoza aspira a organizar una Exposición Internacional en el 2008. Pienso que para la ciudad es muy importante ser sede de tal acontecimiento. Pero no olvidemos o pasemos por alto que la Exposición dura tres meses y se organiza con un tema central, en este caso el agua. A la Asociación le corresponde manifestarse para que “Los Sitios de Zaragoza” y el Bicentenario no pasen diluidos en un acontecimiento internacional. A la nueva Junta le deseo los mejores éxitos y el acierto en su gestión. No duden los vocales y su presidente de contar con mi colaboración en aquello que crean oportuno; tengo el mismo entusiasmo que cuando, al poco tiempo de crearse la Asociación, me inscribí como socio.

Un cordial abrazo. José Manuel Díaz Sancho.

LA DEFENSA DEL REDUCTO DEL PILAR

Luis Arcarazo García

Una vez concluido el Primer Sitio de Zaragoza, el Coronel de Ingenieros Antonio Sangenís diseñó las nuevas obras defensivas, robusteció la muralla del Campo del Sepulcro con un reducto por delante, fortificó el Monte Torrero y el collado Buena Vista, el puente de América y el barranco de la Muerte, obras que consistieron en trincheras y parapetos reforzados con ladrillos cocidos al sol, dada la urgencia del caso. Como obras exteriores fortificadas se utilizaron el convento de San José y el castillo de la Aljafería, y se construyó una cabeza de puente en el río Huerva, cerca de Santa Engracia, denominado Reducto del Pilar y otro en las Tenerías. Poco se atenían a las reglas militares, es decir que eran de escasa efectividad, excepto la Aljafería. A primeros de diciembre de 1808 llegó a Zaragoza el 3º Cuerpo de Ejército francés mandado por Moncey y a mediados de mes se reforzó con el 5º Cuerpo de Ejército mandado por el mariscal Mortier y una brigada de caballería que estrecharon el cerco. Zaragoza se defendía por medio del sistema creado por el ingeniero militar Vauban, con reductos exteriores que podían hacer fuego cruzado de artillería y fusilería para impedir a la infantería enemiga aproximarse a las murallas. Los atacantes utilizaron el método ideado por el mismo ingeniero para tomar plazas, consistente en una primera fase de trincheras de aproximación, una segunda de bombardeos de los reductos exteriores y apertura de brecha en la muralla y una tercera de lucha dentro de la ciudad. El Reducto del Pilar era una obra extramuros, en el camino de Torrero, a la derecha del Huerva, próximo al puente de tablas de Santa Engracia y en su puerta colgaron un rótulo que decía: REDUCTO DE LA VIRGEN DEL PILAR INCONQUISTABLE POR TAN SAGRADO NOMBRE, ¡ZARAGOZANOS, MORIR POR LA VIRGEN DEL PILAR O VENCER! Cavaron un foso de 3 metros de profundidad, que terminaba por ambos lados en el Huerva, estaba unido por un doble atrincheramiento con Santa Engracia, defendido por unos 400 hombres, con 8 piezas de artillería y al mando el coronel Domingo Larripa. El día 9 de enero comenzó un bombardeo general, más de cien cañones franceses abrieron fuego sobre todo contra los reductos. Según el coronel García Marín, “jamás se había visto espectáculo más horroroso que el que presentaba este lugar de carnicería y desolación”. A las pocas horas la mayor parte de la artillería del reducto del Pilar quedó desmontada, las cureñas inservibles, los merlones deshechos, el foso cegado en su mayor parte, desmoronados los parapetos y con 18 toesas de brecha abierta. Las ruinas, los escombros y los miembros de la multitud de cadáveres diseminados por todo el centro del fuerte entorpecían los movimientos, balsas de sangre cubrían la superficie. El bombardeo continuó los días 13 y 14, los defensores lucieron su extraordinaria intrepidez, firmeza y patriotismo, aguantando y sufriendo tales horrores con la mayor serenidad y bravura. En un solo día los defensores tuvieron 30 muertos y 80 heridos. Los graves estragos en la muralla de sacos de lana y tierra, cosidos a toda prisa por mujeres, hacían casi imposible la defensa, ya que los franceses habían rodeado el reducto de zanjas y caminos cubiertos para dar el asalto sobre seguro y a mansalva. La defensa sólo se podía hacer ya a tiro de fusil, en estas condiciones sólo quedaba minar el fuerte para explosionarlo y destruir el puente inmediato, para evitar ser perseguidos. La noche del 14 se preparó la mina sin descanso, mientras los franceses trabajaban en sus zapas muy cerca del foso. A las 20 horas del día 15, cayó la última porción del muro del reducto que quedaba, desapareciendo los parapetos y quedando en condiciones de luchar sólo 50 soldados, sin artillería y con el foso prácticamente cegado. Abierta la brecha, se alinearon los últimos defensores sobre el foso, los franceses dieron el asalto, la mina colocada delante del fortín explosionó sin detener a los asaltantes, que treparon a los parapetos, repeliendo a los españoles a punta de bayoneta, mientras tanto, al otro lado del reducto, los españoles resistían, entreteniendo a los asaltantes mientras se preparaba la voladura del puente del Huerva, que realizó Domingo Larripa cuando vio que todos los suyos estaban a salvo, cayendo de esta forma el reducto, no sin antes retirar el famoso cartel del que nunca se volvió a tener noticia. Una vez ocupada Zaragoza por los franceses, comenzaron los trabajos de desescombro y el desmantelamiento de muchas de aquellas defensas, desapareciendo los restos del famoso Reducto del Pilar, pero no su memoria. En principio, se construyó una plaza con bancos muy frecuentada por los zaragozanos, que con el paso del tiempo dio nombre al Paseo de las Damas. Cien años después, el 29 de enero de 1909, se inauguró en la glorieta de D. Ricardo Sasera, lugar donde se ubicó el reducto, un obelisco conmemorativo, obra de Ricardo Magdalena, en el que se leían dos inscripciones. En la superior se recordaba parte del lema de la posición: “¡ZARAGOZANOS!: POR LA VIRGEN DEL PILAR. MORIR O VENCER. 1808.” Y más abajo: “A LOS HEROICOS DEFENSORES DEL REDUCTO DEL PILAR. PRIMER CENTENARIO DE LOS SITIOS. 1908.”Fue sustituido, posteriormente, por una escultura en bronce de Federico Amutio titulada “Por la patria. 1808”, sobre un pedestal en el que se lee “POR LA VIRGEN DEL PILAR VENCER O MORIR”. Representa a un combatiente blandiendo un fusil cogido por el cañón, al pie hay otro defensor caído y una bandera que contrapone en diagonal, junto a la escultura se puso dos cañones de época a tamaño reducido. Actualmente, el monumento ha quedado dentro de un estanque y los dos cañones se han colocado de espaldas a la escultura, siendo un lugar habitual de cita de los zaragozanos.

OBRAS DE LOS FRANCESES EN EL SEGUNDO ASEDIO

«Comenzaron los trabajos indispensables para construir la primera paralela, tanto en el terreno elevado de la derecha del Huerva, casi al frente del monasterio de Santa Engracia, como en el alto de la Bernardona, el 23 de diciembre de 1808, y en la noche del 29 al 30 del mismo la abrieron en los mencionados puntos, continuando en las cincuenta y cuatro noches que trascurrieron hasta la del 20 al 21 de febrero. Los del arrabal o ataque de la ribera izquierda del Ebro, los principiaron en la noche del 31 al 1º de febrero, y para cerciorarse de su marcha en todos los ataques, no hay sino ver los números del plano que marcan las noches en que se ejecutaron, tanto para formar las tres paralelas con sus comunicaciones y baterías, como para conquistar gradualmente los edificios después de haber entrado en la poblacion. Las baterías números 1 y 2 de cañones y obuses, y la del número 4 de cuatro piezas de 24, las construyeron a la izquierda del camino que va desde el Puente de San José á Torrero, apoyadas en la primera paralela. La del número 3, de cuatro morteros, la situaron a la izquierda del camino de Valencia, en la misma direccion, apoyada en la segunda paralela.La del número 5 de cañones de 24; y la del número 6, de cuatro morteros, a la derecha é izquierda del camino que desde el reducto del Pilar o punto de la Huerva va hacia Torrero. Las de los números 7 y 8, de cañones y obuses, á la izquierda bajando del río Huerva á las inmediaciones de la Torre de Montemar y convento derruido de Capuchinos, apoyadas todas en las comunicaciones con la primera paralela y ventajas que les proporcionaba el terreno. La del número 10, con cuatro obuses de 8 pulgadas, estaba sobre el terreno elevado de la derecha del Huerva, cerca de una salitrería, entre la primera y segunda paralela. Las de los números 9 y 11 , con ocho piezas de á 24 o 16. La del número 12, con cuatro morteros. La del número 13 , con 4 piezas. La del número 14 con otras cuatro de grueso calibre y 2 obuses de 8 pulgadas. La del número, 15, de cuatro piezas de grueso calibre. La del número 16 , de dos obuses. La del número 17, de dos obuses de 8 pulgadas, á derecha é izquierda del convento de San José sobre el terreno elevado en que abrieron su tercera paralela. La del número 18, de cuatro piezas. La del número 19, de seis piezas de grueso calibre, y la del 20 se formaron sobre la tercera paralela y terreno elevado de la derecha del Huerva, con dirección á los puntos del monasterio y puerta de Santa Engracia y del jardin botánico. Las de los números 21 y 22 sobre la altura de la torre de la Bernardona, apoyadas en la paralela y caminos cubiertos que demuestra el plano.» Agustín Alcaide IbiecaSuplemento a la Historia de los dos Sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón. Madrid,1831.

ZARAGOZA EN NOVIEMBRE DE 1808

Ramón Guirao Larrañaga

A primeros de noviembre la actividad en los trabajos de las obras de fortificación de Zaragoza es extraordinaria y la Junta de Hacienda se ocupa en almacenar y proporcionar el vestuario y armamento de los cuerpos que se van organizando. Las tropas están poseídas del mayor entusiasmo y desean batirse, pero permanecen a la expectativa, a la espera de refuerzos. Pero los napoleónicos también se refuerzan y desde el 1 de octubre hasta el 18 de noviembre entrarán en España cincuenta y cuatro mil doscientos soldados franceses de infantería y tres mil novecientos de caballería con ciento treinta y seis piezas de artillería y calculando que las tropas que tenían a últimos de agosto ascendían a cuarenta mil de infantería y cinco mil de caballería, podía calcularse que el ejército francés en España en estos días consta de ciento trece mil hombres de todas las armas y de unas ciento sesenta piezas de artillería[1].1-noviembre, martes. Todos los SantosOrden del día: Santo y seña: San Antón, Nápoles y Sevilla. Jefe de día para la plaza don Adrián Cardón y para el arrabal don Jerónimo de Torres. Los ayudantes de los cuerpos tienen que acudir a por los capotes que necesitan para los centinelas de las respectivas guardias, a casa del marqués de Lazán, donde vive el sargento mayor de la plaza y presentar una relación hecha por el sargento mayor o comandante respectivo, indicando la fuerza de que se componen sus cuerpos y el número y ubicación de los cuarteles en que se alojan. Se ordena a los comandantes de las puertas, que no permitan salir ningún carro vacío de la ciudad sin que antes se haya presentado en la plaza de la Magdalena al teniente coronel don Juan Sánchez Cisneros, quien se ocupará de que salgan cargados de lo escombros que obstaculizan las calles de la ciudad, dejándose salir vacíos únicamente los que lleven una papeleta impresa firmada por dicho oficial. Asimismo, y por haberse detectado la falta de algunos utensilios y herramientas de trabajo en la guardia del puente del Huerva en las Torres, según denuncia del ingeniero comandante de la plaza al cuartelmaestre general, se manda que para evitar estas faltas en lo sucesivo, se aumente la vigilancia y se comuniquen los hechos a todos los comandantes de los cuerpos que guarnecen la plaza ya que conviene que se recuerde a dichos jefes “las obligaciones generales en los puestos y que el ayudante de semana en cada uno, antes de salir de la guardia, acuerde a su jefe si no fuese veterano, las obligaciones generales de ella”[2]. De madrugada sale la procesión del Rosario de la basílica del Pilar dirigiéndose a las ruinas del santuario de los Innumerables Mártires, donde se cantan las Ave Marías y demás preces de costumbre, habiendo colocado los religiosos, para la adoración de los fieles, una reliquia con luces sobre una mesa a la puerta de la derruida iglesia. Estos actos habían sido anunciados públicamente mediante el siguiente cartel:“El martes día de Todos los Santos a las seis y media de la mañana saldrá Rosario general con dos coros de música de la antigua capilla de María Santísima del Pilar, nuestra Soberana Madre, y conforme a la antigua costumbre se dirigirá al sagrado y venerable lugar donde descansan santa Engracia y los ínclitos Innumerables Mártires zaragozanos; cuyo augusto templo obra de la religión y piedad de nuestros mayores ha sido en este triste año infamemente profanado y destruido por la impiedad francesa, permitiéndolo así tal vez el Señor en castigo de nuestras culpas y del poco aprecio con que mirábamos tan envidiable depósito. Se suplica pues la mas devota asistencia a este acto religioso, dirigido a venerar entre aquellas lamentables ruinas los más ilustres campeones de la fe y cristiana religión, decididos patronos y protectores de esta capital. A su vista se cantará el Trisagio con la orquesta, y deberemos rogar por su intercesión a la reina de los mártires, nos alcance del Señor la pronta restitución de nuestro amado soberano el señor Fernando VII, para que luego veamos el deseado día de que se reponga este monumento tan digno de nuestra veneración y en que siempre se ha apoyado la cristiana esperanza de los zaragozanos”. Los demás rosarios previstos para este día de Todos los Santos, no pueden salir por la copiosa lluvia que comienza a caer desde temprano y dura todo el día. Al caer la tarde llegan noticias de que Palafox con Doyle está en Sangüesa, donde ha sido recibido con los mayores honores por las tropas allí acantonadas, entre las que se encuentran las aragonesas[3].

[1]Alcaide: Historia… II, 22-23.

[2]Libro de… Órdenes del 31 de octubre y del 1 de noviembre.

[3]Casamayor: Años… 1 de noviembre.

2 de noviembre, miércoles.

Orden del día: Santo y seña: San Benito, Palermo y Morata. Jefe de día para la plaza don Gervasio Gasca y para el arrabal don Bernardo Acuña. Se manda que a mediodía, los ayudantes de cada cuerpo entreguen en la Mayoría General una relación de los desertores que tienen con expresión de su condición y de las circunstancias agravantes[1]. Sale de la plaza la mayor parte de la división murciana en dirección a las Cinco Villas, donde se encuentra Palafox pasando revista a las tropas. En la Junta de Sitiada se acuerda escribir a Palafox manifestándole de nuevo la imposibilidad de atender a los militares[2].

3 de noviembre, jueves.

Orden del día: Santo y seña: San Pedro, Roma y Palencia. Jefe de día para la plaza don Francisco Marco del Pont, para el arrabal don Cayetano Samitier y para capitán de Hospital, el del 1.º de Fusileros del Reino[3]. Hoy día de los santos Innumerables Mártires, patronos de la ciudad, y en su honor, permanece iluminada la santa capilla del Pilar, donde además, y debido a estar en ruinas su santuario, se celebra su fiesta con procesión general, estando las santas Imágenes de santa Engracia, san Lupercio y san Lamberto con el relicario de las santas Masas en el altar mayor a la veneración del público. En la función predica fray José Nadal Rocha del real monasterio de santa Engracia, asistiendo una gran concurrencia al reclamo del cartel anunciador que colocó en diversos puntos de la ciudad el Ayuntamiento, que asiste a los actos como patrocinador del santuario. También en acción de gracias, se celebra en las Escuelas Pías otra función en la que es orador el padre Joaquín Soldevilla de santa Teresa y en la iglesia de san Cayetano se hace, por orden del regente de la Real Audiencia, a cuyo tribunal está encargado el culto, una función de acción de gracias, que debía haberse hecho en la Cruz del Coso, con solemne misa y sermón del padre Gaspar Ramos, colocándose en el altar mayor una preciosa reliquia de los santos Mártires y “un globo de las cándidas rubicundas Masas”. Se verifica el traslado del Tribunal de la Real Audiencia a su antiguo edificio de la plaza de la Seo, que ha sido previamente limpiado y perfumado por el hedor que había contraído con los enfermos del Santo Hospital. Mientras, Palafox y Doyle permanecen en Ejea de los Caballeros, cuyos vecinos les hacen los mayores obsequios y agasajos[4]. En la Junta de Sitiada se decide admitir en el hospital a enfermos prisioneros franceses; pagando su estancia los que puedan hacerlo y los que no, siendo atendidos como pobres. Esto empeora la situación ya que faltan camas y ropas, por lo que se solicita poder utilizar las del Hospital de Convalecientes, y al no haber existencias de carne se solicita la caridad pública, y gracias a un benefactor anónimo que paga cincuenta carneros, se puede dar por la noche este alimento a los enfermos[5].

Fragmento de “Zaragoza. Diario de entresitios (13 de agosto–21 de diciembre de 1808)”. XVIII Premio “Los Sitios de Zaragoza”

[1]Libro de… Orden del 1 de noviembre.

[2]Casamayor: Años… 2 de noviembre y Sitiada del 2 de noviembre.

[3]Libro de… Orden del 3 de noviembre.

[4]Casamayor: Años… 3 de noviembre.

[5]Sitiada del 3 de noviembre.

OTRA RUTA DE LOS SITIOS: GERONA.

Gonzalo Til.

Si el artículo necesitase subtítulo sería sin duda «Mal de muchos…». Porque el viajero confiado, amante de los «asuntos de España» (expresión del propio Napoleón), que se acerque a la bella ciudad del Onyar esperando encontrar lo que la escasa bibliografía existente promete, muy pronto se sentirá chasqueado, y sin poderlo evitar pensará en Raymond Rudorff. Y es que, de entrada, en la Oficina de Turismo las amables (eso sí) señoritas de «información», desconocen por completo que en Gerona haya habido otra guerra que la que describe Soldados de Salamina. Pero su celo profesional (eso hay que reconocerlo) y la insistencia del demandante, acaban haciéndoles encontrar en el mapa una plaza dedicada «a la Independencia, creo (sic) que está en la otra parte». En efecto, saliendo de lo que era el recinto amurallado de Gerona en 1808 (la actual Rambla de la Llibertat sería sin duda el corredor de trinchera) y cruzando el río, nos encontramos con la Plaza de la Independencia, recoleta y floreada. En su centro el Monumento a los Defensores de Gerona, de Antoni Parera, con un aguerrido Alvarez de Castro en lo alto, sable en mano, rodeado de soldados y paisanos, en la clásica composición en grupo. Aunque no demasiado alto, el monumento es bellísimo.Volviendo a pasar de nuevo al «interior» de la Gerona heroica, la desamparada búsqueda acaba llevando por instinto al que fuera Gobierno Militar, en cuyo frontal una bien cuidada placa recuerda a su ilustre ocupante en los aciagos días de 1808 y 1809, D. Mariano Alvarez de Castro, caudillo de la defensa. Muy cerca, en el Museo de la Historia de la Ciudad, leemos esperanzados que se hallan expuestos uniformes de época, armas, banderas… junto con pertenencias del propio Alvarez de Castro, incluso su lecho de agonía. Desgraciadamente, y esperemos que por poco tiempo, algunas salas se hallan cerradas por obras (¿les suena esto de las obras, mal de muchos de nuevo?). Aun así, la parte visitable compensa. Además de lienzos relativos a la gesta y a sus héroes, suscita especial atención un pequeño grupo escultórico, seguramente un boceto a la espera de mecenazgo. Es particularmente subyugante la delicadeza con la que el oficial exánime es acogido en su regazo por un ángel con ademán de infinita dulzura. Los sinsabores van pues quedando, poco a poco, mitigados. Muy cerca, en la antigua Colegiata de San Félix, visita obligada. En la capilla de San Narciso, a la derecha, en impresionante mausoleo, el enterramiento definitivo del Héroe de los Sitios. Al igual que nuestro Palafox, sufrió maltrato y prisión tras los asedios. Conducido a Perpignan, su delicado estado de salud determinó que fuera «devuelto» a la prisión del Castillo de Figueras, donde falleció el 22 de enero de 1810. Trasladado a Gerona en 1816, descansa hoy definitivamente en lugar de honor, junto a los restos de San Narciso, obispo y patrón de la ciudad. Enfrente de la tumba de Alvarez de Castro, se encuentra el mausoleo de la Compañía de «Señoras Mujeres de Santa Bárbara», fundada en 1809 por el propio gobernador militar a modo de improvisada Cruz Roja. Imposible no emocionarse. Continuando con la exploración, en el límite nordeste se conservan partes importantes de las murallas, con imponentes lienzos. Y eso parece todo. Pero no. Cuando el visitante enfila ya los vectores de salida, le espera aún una última sorpresa: otra plaza (Calvet i Rubalcaba) con un impresionante monumento en su centro, dedicado «a los héroes de 1808 y 1809», presidida por gallarda columna con fiero león en la cúspide. Bronces y estelas proclaman la historia. Debajo, asomando, los restos del baluarte de San Francisco, punta avanzada como nuestro Convento de San José. Dos asedios, un caudillo, militares, paisanos y bravas mujeres en la defensa, miles de víctimas… Te saludamos con respeto, desconocida y hermana ciudad de sufrimiento.

PALAFOX EN CAPITANÍA

En el rellano principal de la escalera imperial que da acceso a la planta noble del Palacio de Capitanía se levanta la escultura en bronce del general Don José de Palafox y Melci. De tamaño menor que el natural, está colocada sobre un pedestal de mármol donde aparece la inscripción PALAFOX. Fue realizada por el escultor Dionisio Lasuén Ferrer (1854-1916) en 1891. Este artista también es autor de obras tan representativas como los relieves del Mausoleo de las Heroínas de Los Sitios (iglesia del Portillo) o las esculturas de la fachada del Museo de Zaragoza. Fundida en la Real Maestranza de Sevilla, recoge la iconografía típica del caudillo zaragozano, basada en el retrato de Goya. Vestido con el uniforme de general, lleva algunas condecoraciones de la Guerra de la Independencia. Destocado y con sable independiente del cuerpo -sujeto por correas- en actitud de mando, pisa con su bota derecha el infamante documento –suponemos- de la proclamación de José I como Rey de España.

VOLUNTARIOS DE ARAGÓN

El 12 de Septiembre, tras cuatro años de existencia «extraoficial», los Voluntarios de Aragón se constituyeron en Asociación Histórico Cultural. Los socios fundadores son «pocos pero valientes», estando abiertos a nuevas incorporaciones. Como regalo recibieron una hermosa lámina realizada expresamente para ellos por el uniformólogo alemán Peter Bunde. Les deseamos buena suerte.

VER ESTE BOLETÍN NÚMERO 18 CON TODAS LAS ILUSTRACIONES EN FORMATO PDF

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