El jueves 31 de marzo de 2022, en el panteón de las Heroínas, de la iglesia del Portillo se procedió a la retirada de las lápidas de la cripta para proceder a la exhumación de los restos de las famosas heroínas: Agustina de Aragón, Casta Álvarez y Manuela Sancho. Sus restos óseos van a ser investigados y serán sometidos a un profundo estudio antropológico y genético que aportará sin duda nuevos datos sobre sus vidas y también hará posible una reconstrucción de su imagen física. El motivo de esta investigación es la producción de un programa de Aragón TV que permitirá descubrir nuevos datos sobre diferentes personajes históricos a través del estudio de sus restos óseos. Este programa cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón.
El presidente de la Asociación los Sitios, D. Gonzalo Aguado Aguarón, y el presidente de honor, D. Carlos Melús Abós , siguieron de cercar todo el proceso y pudieron hacer algunas aportaciones del tema histórico para colaborar con los expertos de otras áreas en el proceso de investigación, cuyo resultado esperamos ver en las pantallas televisivas dentro de unos meses.
Casta Álvarez falleció el 29 de abril de 1846, cuando contaba sesenta años de edad. La heroína fue enterrada, pobre de solemnidad, en el cementerio de su pueblo, Cabañas de Ebro. la Junta Magna del Centenario de los Sitios acometió entre los distintos proyectos, el de construir un mausoleo donde reunir a las heroínas de los mismos. A tal efecto en 1908 se nombró una comisión ejecutiva que será la encargada de localizar y trasladar los restos hasta el nuevo panteón. Esta comisión, encabezada por el insigne escritor D. Mariano de Pano y Ruata partió en el Correo de Navarra el día 10 de junio portando con ellos una arqueta de madera adornada con herrajes de bronce y latón dorado, para depositar lo que pudiera quedar de Casta Álvarez. En el pueblo se formó una gran procesión hasta el cementerio donde se procedió a la exhumación del cadáver, hallándose en el interior de un tosco cajón de madera un amasijo de huesos que, algunos testigos presenciales del enterramiento, en su día, certificaron como pertenecientes a la “tía Casta”. Tras la autenticación se celebraron varios actos conmemorativos en el pueblo y volvió la comitiva a Zaragoza portando la arqueta con los despojos de Casta. Cuatro guardias municipales trasladaron desde el vagón del tren a una carroza fúnebre la arqueta con los restos mortales para ser trasladados a la basílica del Pilar, donde fueron recibidos por el deán del Cabildo Metropolitano, que entonó un responso, tras el cual fueron depositados en la sala capitular hasta el día de su solemne traslado a la iglesia de Nuestra Señora del Portillo.
Agustina Zaragoza, falleció en Ceuta, el 29 de mayo de 1857, a los 71 años de edad. La cuidad de Ceuta se conmocionó con la noticia y el vecindario se acercó en masa hasta el número 40 de la calle Real, donde vivía la heroína, para rendirle el último tributo. Su cadáver estaba amortajado con falda y guerrera, cuando el ataúd se cierra, sobre él son colocados el sable y el morrión. A su funeral asistieron todas las autoridades civiles, militares y religiosas. Las fuerzas de guarnición le rindieron honores militares y la acompañaron hasta su entierro en el cementerio de Santa Catalina. El Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza, en sesión del 14 de junio de 1857, acordó trasladar sus restos a la ciudad, en justo tributo de gratitud hacia la que fue una de sus más distinguidas defensoras. Los restos de la heroína fueron exhumados en 1870 y encerrados en una urna cineraria, para celebrar un funeral tras el cual fueron conducidos los restos a bordo del navío de guerra “Colón” que los condujo a Cádiz. Tras pasar por Sevilla y Madrid, lugares todos ellos en los que se le rindieron los correspondientes honores llegó a Zaragoza el 14 de junio de ese año. En la basílica del Pilar se la recibió con la pompa y solemnidad requerida para darle una acogida transitoria en la cripta del templo, hasta que en fueron traslados sus restos a la capilla de las Heroínas inaugurada el 15 de junio de 1909.
Manuela Sancho falleció en su cama el 7 de abril de 1863, a los 80 años de edad. Fue la heroína más longeva. El 9 de abril se celebró el entierro y el pueblo zaragozano se volcó en masa para acompañar a la última y más querida de las heroínas. La comitiva fúnebre partió del domicilio de la finada, siendo conducido el ataúd por miembros del arma de artillería, hasta la iglesia de San Gil, donde se celebró una solemne misa de cuerpo presente, tras la cual se la acompañó hasta el cementerio de Torrero, donde fue enterrada en una sepultura de tierra, que ocupó hasta 1898, año en que por iniciativa del Consistorio, se la trasladó al nicho nº 603, cerrando el mismo con una placa que recordaba a su querida Heroína. El 2 de mayo, en la Real Capilla de Santa Isabel el Ayuntamiento acordó celebrar solemnes exequias en sufragio del alma de la heroína “tributando de este modo el obsequio que se merece el recuerdo de sus cívicas virtudes y de los eminentes servicios prestados a la patria” La iglesia no pudo acoger la cantidad de gente que se sumó a la misa. El ayuntamiento asistió en corporación y bajo mazas. El 10 de junio de 1908 la Junta Magna del Centenario de los Sitios exhumó sus restos y los trasladó a la Basílica del Pilar, para ser llevados en solemne procesión, junto con sus compañeras, a la iglesia de Nuestra Señora del Portillo.
El director del programa documental, que mostrará la exhumación y estudio de los restos mortales de las Heroínas, es Nacho Navarro y se basará en estudios científicos realizados con un equipo científico, médico y tecnológico de prestigio.
Desde la Asociación Cultural los Sitios estamos en conversaciones con el Ayuntamiento y con diferentes instituciones para solicitar que el retorno de estos restos mortales a su panteón, dentro de unos meses, se pueda realizar de forma solemne, acorde con la importancia de estas heroínas y que todo el pueblo zaragozano pueda participar de este evento.
Seguiremos informando cuando se concreten fechas y programa de actos.
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