José Antonio Pérez Francés.
Miembro de la Asociación Cultural “Los Sitios de Zaragoza”
Teniente coronel de Artillería
Ex profesor de la Academia General Militar
Muchos zaragozanos no conocen dónde se encuentra el Puente de la Muela. Está situado en el cruce del Canal Imperial con la antigua Carretera Nacional II, pasado el centro Comercial Alcampo de Valdefierro, y muy próximo al antiguo camino de Santa Bárbara que nos conduce a la urbanización Montecanal. Próxima, a unos dos kilómetros, se encuentra la Feria de Muestras.
El antiguo puente, protagonista de los dos Sitios, se encuentra actualmente encofrado en el puente moderno en la dirección de salida de la ciudad de Zaragoza. Sobre el terreno está muy claro que la cota del Camino Real de 1808 era mucho menor que la de actual carretera N II.
Conocemos por la obra del conde de Sástago que era un puente de sillería con un acueducto en su centro por donde pasaba la acequia de Santa Bárbara:
El diámetro del arco del puente tenía 40 pies, 19 de altura desde el suelo del Canal, y de ancho 21 pies fundado todo sobre un emparrillado, y el plano de mampostería que cruza el canal. En total 22,813 pies de sillería y de 164 toesas cúbicas de mampostería. Distaba cinco cuartos de legua a la puerta del Portillo”. [1]
A ambos lados del Camino Real el terreno estaba cubierto de viñas. En las cunetas del Camino se plantaron frondosos árboles. Esta puede ser una somera idea de cómo era el terreno próximo al puente. Estudiemos lo que ocurrió en él durante los dos Sitios.
El puente en el Primer Sitio
Breve es la descripción de la defensa de este punto en las fuentes españolas. Faustino Casamayor ni lo nombra. Una vez más hay que recurrir a la obra de Agustín Alcalde Ibieca al ser el único que describe parcamente la defensa del puente del 14 al 15 de junio de 1808:
El coronel Don Jerónimo Torres se situó por la noche en el puente de la Muela con 450 hombres del 2º Batallón de fusileros que acababa de formarse, y algunos de la compañía del capitán Cerezo con dos piezas de artillería […] Parte de las tropas imperiales venían por el camino de Alagón; pero al llegar a la venta de Cano se dirigieron hacia el de la Muela y Casa de Paradas de Merenchel [Se encontraba situada junto al Canal, en el Soto del Aeropuerto]. A las nueve de la mañana aparecieron por el cajero del Canal ochenta soldados de caballería, y por la parte de las viñas venían haciendo fuego algunas guerrillas. A los primeros les saludaron los cañones situados en la loma dirigidos por el sargento de artillería Mariano Lozano. A pesar de que la mayor parte de los que ocupaban aquel punto eran paisanos, sostuvieron el fuego largo rato con bastante serenidad; pero observando que avanzaba el enemigo por las viñas, y que las tropas francesas divididas en dos columnas, la una por el cajero y la otra por el camino de la Muela, escoltadas por la caballería, comenzaban a hacerles fuego con un cañón, clavaron los nuestros y se replegaron a Casablanca.[2]
La descripción de Agustín Alcalde Ibieca sitúa claramente la acción en la orilla izquierda del Canal, ya que los franceses se aproximaban desde Alagón sembrando el pánico en Zaragoza. Este hecho también fue narrado por Gómez de Arteche:
Cuando las descubiertas francesas, abandonando el camino de Alagón aparecieron por el de la Muela, en la margen derecha [error obvio del autor] del canal, eran saludadas por los cañones del sargento Lozano, los más adelantados en los puestos establecidos la tarde anterior para cubrir aquella primera é importantísima línea fluvial.
Hallábase efectivamente, guarnecido el puente que lleva el nombre mismo de aquella población, La Muela, situada en la carretera general de Madrid a 21 kilómetros de Zaragoza, con 450 fusileros del 2º batallón creado en los momentos de la alarma. Los fusileros y varios paisanos de la compañía de Cerezo, honrado labrador que capitaneaba a los jóvenes más valerosos de su parroquia, llevaron consigo las dos piezas de artillería a que acabamos de referirnos y estaban mandados por los coroneles don Jerónimo de Torres y D. José Obispo, tantas veces citados y los primeros siempre en recibir al enemigo.
[…] En el puente de La Muela, nuestra artillería y los fusileros habían demostrado valor y no escasa actividad. Sólo después de media hora de fuego continuado y mortífero, al observar en los franceses movimientos de flanco que iban a hacer muy comprometida la posición avanzada que ocupaban, sus jefes D. Antonio y D. Jerónimo Torres y con ellos D. José Obispo, creyeron deber abandonar el puesto. Clavadas las piezas por los artilleros, los dos hermanos Torres y Obispo se dirigieron a la Casa blanca que suponían atacada inmediatamente después por los enemigos.[3]
Fortificaciones de campaña en el puente de La Muela.
La narración de Alcaide Ibieca y de Gómez de Arteche nos presenta una larga resistencia de “los novatos” del 2º Batallón de fusileros. Ello me hizo pensar en la posible existencia de una posición fortificada en el lugar de los hechos, así que me puse manos a la obra y exploré la zona.
Muy cercano al puente del canal y paralelo al camino en la dirección del avance francés hallé una cortadura de unos 3 metros de altura que impedía el acceso de los jinetes de caballería. Enfilando el camino, sobre la loma, una clara posición de cañón dominaba perfectamente el “cajón del canal”. Detrás de ella, a unos 80 metros, un terreno ligeramente elevado (unos 2 metros) con restos de movimiento de tierra y con una acequia ampliada (hasta 2 metros de anchura) que hacía de foso. Hacia el Norte varias líneas paralelas (terrazas o terraplenes), de las cuales no puedo asegurar su utilización para la defensa.
Globalmente estas fortificaciones de campaña están constituidas por un terreno de forma irregular (74 metros de anchura y unos 179 m de longitud) más elevado. Lo rodea otra superficie de cota inferior con un foso (acequia ampliada) de 275 metros de longitud. Hacia el Norte presenta unas líneas con llares, que forma una serie de ángulos entrantes y salientes, dispuestos como los dientes de una sierra. Más distantes hay otras líneas paralelas (¿fajas de antiguos viñedos, líneas de retardo?) Probablemente, este conjunto de obras, por su situación y orientación, pertenecen al primer Sitio pero no se puede descartar que fueran perfeccionadas y utilizadas durante el segundo Sitio.
El puente en el Segundo Sitio
A este punto le dedica Faustino Casamayor varias citas en su diario correspondientes a varios días de diciembre de 1808:
[El 7 de diciembre] Se colocó una nueva batería encima del puente del camino de Madrid, pasado la Casa Blanca. [El 11 de diciembre] Se supo que los enemigos estaban en los mismos términos, se mandaron salir mil hombres a la batería del puente del camino de Madrid, junto a la Casablanca en donde se tocó generala al mediodía por decirse venían dos columnas por el puente de la Muela, pero no se verificó, que se fueron hacia Utebo y otros lugares. [El 14 de diciembre] Se cogieron tres prisioneros en las inmediaciones del puente del camino de la Muela y se prosiguió con los trabajos de fortificación.[4]
Agustín Alcalde Ibieca describe globalmente la línea del Canal durante el segundo Sitio y concreta el contacto con el francés:
En el camino de la Muela hay un puente por donde pasa el canal; y junto un promontorio de tierra. En esta altura se construyó una batería. […] La línea del Canal, con sus respectivos reductos y baterías, estaba guarnecida con las divisiones Saint Marc y O`Neille que compondrían al menos 10.000 hombres. Los enemigos llegaron al Puente de la Muela. Desde luego comenzó a obrar aquella batería, que estaba al cuidado del brigadier don Antonio Torres; pero las columnas tomaron el camino del cajero, hacia Santa bárbara y Pilón de la Leche.[5]
La narración habla de “reductos” en plural. Es posible que próximo a la carretera, en las fortificaciones referidas al primer Sitio, hubiera otro reducto con forma hexagonal mucho menor que el que a continuación describimos en el segundo Sitio. Faustino Casamayor describe en su diario lo sucedido el día 20 diciembre:
Muy por la mañana se supo que los enemigos habían llegado a las inmediaciones de Santa Bárbara y que intentaban pasar a Torrero para ocupar aquellas alturas, con cuya novedad se mandó alarmar las tropas y que salieran a defender dichos puntos, y antes del medio día ya iban los enemigos formados en dos columnas de infantería y una de caballería pasando por dichos parajes, encaminándose hacia la Casablanca, y juzgando el comandante que la custodiaba que la defensa que tenía en ella con cuatro cañones en el mismo puente del camino de Madrid no era suficiente para tanta gente enemiga como a ella venían, la desamparó sin hacer fuego, clavando antes los cañones, la que inmediatamente ocuparon los enemigos. Aquella noche todo fue dar providencias en esta ciudad, mandado que todas las comunidades fueran a hacer cartuchos; se dio igualmente orden para que todos los vecinos se armasen, y se sacaron todos los cañones a las baterías, colocándose también en las puertas y parajes que pareció mas conveniente. [6]
Esta interpretación de lo acaecido el día 20 de F. Casamayor creo que no es correcta. José Gómez de Arreche ya lo advierte en su obra:
Pero es el caso que nadie más que Casamayor cita este trance; la posición de la Casablanca y los sucesos del día siguiente lo desmienten, aunque tácticamente, y el único con que pudiera confundirse es el del puente de la Muela, donde, sin embargo, dice Alcaide, que el brigadier Torres hizo fuego desde la batería a los franceses que por allí aparecieron, quienes se alejaron luego, tomando el camino del cajero del Canal hacia Santa Bárbara y el Pilón de la Leche.
Si la Casablanca hubiera sido ocupada la tarde del 20, envueltas, como quedaban, las posiciones salientes de las esclusas, el puente de América y las Almenaras del Pilar y San Antonio, los sucesos del 21 hubieran tenido lugar de muy distinta manera y el puente de América no hubiera sido volado cuando lo fue, al retirarse los españoles definitivamente de Torrero.
Todo induce, pues, a creer que Casamayor padeció una equibocación al redactar su diario. Ni es la única vez ésta, ni es de extrañar en ocasión tanto desorden. [7]
Coincido plenamente con la interpretación de Gómez de Arteche. No tengo ninguna duda que la citada “batería del puente del camino de Madrid” es la Batería del puente de Casablanca (con sus cuatro cañones). ¿Cómo sucedieron los hechos? Con los escasísimos datos de las fuentes francesas y españolas podemos tan sólo imaginarlos.
Muy próximo al puente de la Muela y desde el camino del cajero del Canal tuvo lugar el paso de las columnas francesas hacia Santa Bárbara. Este paso se realizó con plena seguridad con apoyo de unidades de artillería francesa de las unidades de maniobra (cañones de 12 u 8 libras y obuses de a 6 pulgadas) que con sus fuegos silenciaron momentáneamente a la batería española de la Muela. Las fuentes españolas y francesas no describen nada de este combate y el posterior abandono de la posición. Sin embargo todas ellas citan que al anochecer del día 20 de diciembre todas las fuerzas francesas habían ocupado las posiciones previas al ataque.
Habiendo anochecido, muy cerca de Casablanca, las tropas de Morlot ocuparon el acueducto del Canal sobre el Huerva poniendo “en jaque” la Posición de Casablanca. Este hecho fue comunicado con seguridad al Brigadier Torres, jefe de la posición del puente de la Muela, recibiendo órdenes de clavar los cañones y abandonar la posición. Podemos intuir que con la oscuridad de la noche las fuerzas que defendían el puente de La Muela, al ser totalmente rebasadas por el enemigo y en una situación complicada, se retiraron en dirección hacia la Casablanca.
El tercer Cuerpo de Ejército construyó durante la noche del 20 al 21 dos baterías para formalizar el ataque del reducto español de Buenavista y la posición de Torrero. Belmas cita claramente la existencia de dos baterías, mientras las fuentes españolas tanto escritas como gráficas (plano de Vicente Gombáu) sólo describen una. Recientemente he localizado la posición de las dos baterías francesas en los pinares de Venecia, lo que deja claro que Casamayor se equivoca en su relato del día 20 de diciembre: Si Casablanca fue abandonada el día 20 ¿para qué fue construida la batería de la derecha?; queda claro que fue abandonada el 21 por la mañana.
La batería de la derecha, compuesta de 4 obuses de a 8 pulgadas y dos cañones de a 12, tenía como misión proteger a las fuerzas francesas de un ataque español desde Casablanca y apoyar el ataque de las fuerzas de Morlot en su avance desde el Sur hacia Casablanca. A las 7 de la mañana del día 21 la Casablanca fue atacada desde el Oeste y desde el Sur. Tras resistir los primeros ataques, en clara inferioridad de personal y de medios, las fuerzas españolas fueron rebasadas desde el flanco, valle de las Ontinas, en donde no se habían realizado trabajos de fortificación. Todo el sector de defensa de Casablanca fue flanqueado y Saint Marc dio la orden de retirada. Las fuerzas españolas clavaron sus cañones y abandonaron ordenadamente la posición.
El francés J. Belmas dedica tan sólo un párrafo a esta acción:
En el centro, el general Morlot atacaba la cabeza de puente de las grandes esclusas: una de sus columnas siguió el barranco del Huerva, pasó bajo el Canal hasta el acueducto de la Almenara del Pilar y tomó la cabeza de puente por detrás, mientras que la artillería la batía de frente; el enemigo, retirándose, abandonó en esta acción dos piezas de artillería y un obús.[8]
El reducto del Puente de La Muela
La revisión de fuentes cartográficas[9] me proporcionó nuevos datos, especialmente el plano de Morata de 1809, catalogado con el número 115 del Servicio Geográfico del Ejército y titulado “Plano de la ciudad de Zaragoza, con las principales partes exteriores, en el que se manifiesta con tinta amarilla las obras de fortificación ejecutadas para su defensa de orden de su Dignísimo Capitán General el Excmo. Sr. D. Josef de Palafox y Melci, según el estado que tenía el día 1 de Diciembre del presente año de 1809”). En él describe Zaragoza con sus posiciones exteriores, de las que sólo aparecen Torrero, Buenavista y Casablanca. No está dibujado el puente de la Muela. Pero, como en la localización de la fortificación del puente francés del 2º Sitio, el análisis de un error nos lleva al hallazgo.
En el plano de Morata aparece perfectamente dibujado el Cabezo de Buenavista y en él se ve un reducto artillado de forma hexagonal con tres troneras por cada cara. Conocía por todas las fuentes escritas la descripción del reducto que protegía el Cabezo de Buenavista. El magnifico plano de Vicente Gombau de 1814 nos lo presenta con la forma característica “de un bonete”. Un “bonete” es un gorro con forma de prisma hexagonal empleado en los hábitos clericales sin embargo desde el punto de vista militar una fortificación en forma de bonete sólo desarrolla tres de sus caras.
Podemos pensar que Morata conocía el Reducto de la Muela y posteriormente lo situó erróneamente en su plano en Buenavista o quizás el error del plano de Morata fue que recibió oralmente la información sobre el reducto de Buenavista e interpretó el término “bonete” al pie de la letra (desarrollando sus seis caras). Pensé que el hexágono que dibujó Morata tenía que estar en alguna parte y no encontré ninguna descripción gráfica o escrita exacta de las defensas del puente de la Muela. Por ello me dispuse a estudiar los alrededores del puente de la Muela.
El estudio de las imágenes de Google map y Google Earth me resolvió la incógnita. En ellas se observa un gran hexágono en la orilla derecha del Puente de la Muela, al otro lado de las líneas de defensa descritas para el Primer Sitio. Tras los análisis previos en el ordenador, el cálculo en trabajo de gabinete de sus medidas y el posterior reconocimiento in situ en el campo me permiten afirmar que los restos corresponden a un reducto artillero similar al famoso Reducto del Pilar (que en la descripción de Morata tiene una estructura pentagonal, presenta tres troneras en cada una de sus caras y protege el puente sobre el río Huerva). Tan sólo queda su planta, foso, contraescarpa y un talud rectangular que defendía su lado más expuesto.
Probablemente fue construido con tepes de hierba y tierra. En la descripción de Morata (referida al reducto de Buenavista) aparece con merlones y troneras (3 troneras por cada cara). Tenía un foso de 6 metros de anchura y 2 de profundidad. Sus dimensiones son importantes: 76m de eje mayor por 50m de eje menor (2696m2 de superficie foso incluido). Interiormente el reducto tenía una forma más próxima al hexágono regular con caras de 35,9 a 37m (Superficie 1092m2). Uno de sus lados se apoya en la antigua acequia de Santa Bárbara. Presenta asociado a él una trinchera exterior de 1,5 m de altura y próximos a él existen una serie de líneas y antiguos muros que habrá que estudiar si formaban parte o no de la defensa.
En diciembre de 2006, realizando un estudio de los últimos vestigios de fortificaciones de campaña en la ciudad de Zaragoza, he localizado la situación exacta de la Torre del Arzobispo. La situación y fortificación de esta Torre curiosamente no aparece en ninguno de los croquis de los Sitios, tanto españoles como franceses. Por el estudio de imágenes recientes (no más de un año de antigüedad) puedo determinar que junto a los restos de la torre existía un reducto hexagonal de proporciones similares al estudiado (30 a 35m de lado). Desgraciadamente no se podrá realizar ningún estudio sobre el terreno ya que una empresa constructora ha destruido totalmente todos los vestigios de esta obra. Ello incrementa el valor de los restos del Puente del Canal que deben de ser estudiados y protegidos.
Reducto del Puente de La Muela
Puede conocer una investigación similar sobre los puentes franceses en: LOS PUENTES FRANCESES EN ZARAGOZA
Y la defensa de Buenavista en LA DEFENSA DE BUENAVISTA
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[1]CONDE DE SASTAGO. Descripción de los Canales Imperial de Aragón y Real de Tauste. Pp.87 y 88.
[2] ALCAIDE IBIECA, Agustín. Historia de los dos Sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón. Madrid, 1830. Tomo I,
páginas 57 y 60.
[3] GÓMEZ ARTECHE Y MORO, José. Guerra de la independencia. Historia Militar de España de 1808 a 1814. Madrid, 1868 .Tomo II, páginas 58-59 y 68.
[4] CASAMAYOR, Faustino. Diario de Los Sitios de Zaragoza. Ed. Comuniter, 2000. Pp.145-150.
[5] ALCAIDE…, tomo II, páginas 14 y 46.
[6] CASAMAYOR…. p.150.
[7] GÓMEZ ARTECHE…. Tomo II, capítulo III, p.340.
[8] BELMAS, J. Zaragoza, 1808 y 1809. Los Sitios vistos por un francés. Ed. Comuniter, 2003. P.57.
[9] Las fuentes cartográficas proceden de la publicación sobre Cartografía Histórica del Colegio de Arquitectos. Si Antonio Mostalac Carrillo (Jefe de Patrimonio
Cultural y Publicaciones del Ayuntamiento de Zaragoza) no me hubiera dejado dicho libro, el reducto de la Muela probablemente permanecería inédito.