ANTONIO BELTRÁNMARTÍNEZ
Artículo publicado en Zaragoza, revista de la DPZ, VII, 1958.
DESDE el día 22 de junio de 1958 hasta fines de octubre del mismo año dos Exposiciones, una etnográfica y otra histórica, han venido a cumplir la finalidad de evocar los acontecimientos y las gentes que vivieron hace 150 años en Zaragoza. Y se ha querido aprovechar la coyuntura para presentar todos los aspectos y matices de los sucesos y, consiguientemente, también el punto de vista francés; de suerte que el «hecho histórico» aparece desde todos sus puntos de vista y, sin perjuicio del apasionamiento que su valor y significación producen, objetivamente.
Una de las Exposiciones lo hemos dicho recoge los aspectos de la vida popular de Aragón, Bearne y Bigorra; la otra, la gesta magna de los Sitios de Zaragoza, en sí mismos y en relación con la Guerra de la Independencia. No es nuestro propósito analizar en ZARAGOZA, minuciosamente, estas Exposiciones, que serán tratadas desde el punto de vista del especialista en revistas de Historia o de Etnografía y, con un criterio general descriptivo, en las correspondientes Guías. Nos bastará ahora dar una impresión general de su contenido, al tiempo que recogemos la efemérides.
La Exposición etnográfica ha tenido como marco el Museo Etnológico de Aragón en el Parque de Primo de Rivera. La «Casa Pirenaica» ha continuado exhibiendo sus colecciones propias de etnografía aragonesa, a las que se han añadido algunos materiales: un traje de varón de Borja, donativo del alcalde de aquella localidad, Sr. Compáns; un camisón de recio lino de los usados en el somontano del Moncayo para la recogida de olivas, depósito del Ayuntamiento de Borja; una pareja de trajes de hombre y de mujer, donativo del Ayuntamiento de Hecho (Huesca), piezas espléndidas correspondientes a uno de los más bellos trajes de Aragón; una estatua con el traje de Sallent, depósito de D. Carmelo Zaldívar, de Zaragoza; una manteleta de iglesia, de Caspe, donativo del Ayuntamiento de dicha ciudad. Aparte de ello, dos tarros de botica procedentes de Santa Engracia, comprados por el Museo; una colección de cerámicas de Muel, depositadas por el alcalde de dicho pueblo, y un bellísimo lote de cerámicas turolenses prestadas por el Museo Nacional de Artes Decorativas, de Madrid. Si añadimos a esto el grupo de los maniquíes con trajes regionales estilizados depositados en nuestro Museo por la Obra Sindical de Educación y Descanso, y las colecciones normales del Museo, encontraremos así la parte de Aragón de esta Exposición etnográfica 1
El Bearne y Bigorra han instalado sus colecciones etnográficas en la Casa de Albarracín, donde normalmente tiene nuestro Museo las colecciones de Ciencias Naturales. En su preparación e instalación ha jugado importante papel el señor M. Boulin, director del Museo Etnográfico de Tarbes, quien ha preparado una muestra de la vida popular en las comarcas pirenaicas francesas limítrofes con Aragón. Advirtamos que han participado con sus préstamos en esta Exposición no solamente el Museo de Pau y el de Lourdes, sino numerosos particulares y coleccionistas.
El vestíbulo nos muestra el busto relicario de San Grat y una deliciosa imagen popular de San Pedro. La primera sala reúne mapas, litografías, grabados y fotografías que se refieren a las condiciones geográficas, humanas y monumentales del Bearne y Bigorra, todo ello presidido por un retrato al óleo de Enrique IV, nacido en Pau. En la sala segunda comienza una exhibición de la vida popular a través de los objetos, que sería muy largo detallar: anotemos un interesante libro de catastro y las secciones dedicadas al hogar, a la montaña, la caza, el vestido, los instrumentos musicales (con los «soinüa», del tipo de nuestro «chicotén»), el vestido, muebles, tejidos, etc., y un cuadro demostrativo de la fabricación de las boinas bearnesas; finalmente, la última planta presenta sugestivas instalaciones referidas a la técnica de curtidos y de fabricación de zuecos y esquilas, una serie importante de aperos de labranza y otras facetas de la vida agrícola y ganadera.
1 Sobre nuestro Museo, cfs. fundamentalmente A. BELTRÁN, El Museo Etnológico de Aragón, «Caesaragusta», 9-10, 1957, ps. 31 a 48.
Fue aquí donde se verificó el día 22 de junio el primer acto de inauguración de estas Exposiciones. La gentileza de nuestros colegas franceses ofreció a las autoridades e invitados productos de las industrias populares bearnesas, y pronunció unas palabras el profesor Beltrán, director de las Exposiciones, para poner de manifiesto ante los españoles el esfuerzo cumplido por los franceses para organizar estas Exposiciones y especialmente por el Prefecto de los Bajos Pirineos, Sr. Reymond, y ante todo, lo que significa y pretende el Museo Etnológico de Aragón, obra de la decisión y amor a esta tierra del Gobernador civil de la Provincia, Sr. Pardo de Santayana. Le contestó con unas palabras el Sr. Reymond, quien cedió la palabra al Subprefecto Sr. Denieul, para que explicase lo que la recién inaugurada Exposición significaba.
La segunda de las Exposiciones, instalada en el Castillo de la Aljafería, está destinada a celebrar el hecho histórico de los Sitios de Zaragoza, habiéndose reunido para ello cerca de un millar de objetos procedentes de las más diversas colecciones y Museos de España y Francia. En la escalera de acceso al Palacio de los Reyes Católicos comienza la Exposición por un retrato de Palafox (Casino Principal de Zaragoza1) y otro de Sangenís (Museo del Ejército, Madrid). Se inicia aquí la serie de grabados de Brambila y Gálvez («Ruinas de Zaragoza»), realizados al aguatinta, poco después de los hechos que describen, en 33 ejemplares, donde los edificios y personajes de Zaragoza de 1808 y 1809 quedan inmortalizados (Ayuntamiento zaragozano). Junto a ellos, y con dos vitrinas de armas, proyectiles y recuerdos, un cañón de tiempo de Carlos III que los patriotas de Madrid sacaron de la Real Armería para arrastrarlo por las calles el día 2 de mayo de 1808 (Museo del Ejército). El resto de la escalera queda decorado con un bello tapiz bruselés del siglo XVI perteneciente a la colección de la iglesia de San Pablo, de Zaragoza, y con dos grisallas del Museo Municipal de Madrid representando las escenas de fusilamientos en el Prado el día 3 de mayo, y especialmente con el óleo de grandes dimensiones de Alvarez Dumont, figurando la defensa hecha por los zaragozanos del púlpito de la iglesia de San Agustín (Museo Provincial de Zaragoza). Frente a este cuadro otro del mismo, autor nos presenta la tenaz defensa de la torre de San Agustín (Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza).
1 2 Nota de 2003: Actualmente la colección del Casino se encuentra en el Palacio de Sástago, de Zaragoza.
Aquí comienza el corredor, a cuyo largo se alinean cientos de documentos, libros, grabados y medallas. Las colecciones más importantes representadas son las del Museo Municipal, Museo Romántico, Museo del Ejército y colección Rodríguez de Rivas, de Madrid; la colección Matéu, de Perelada; y de Zaragoza, el Archivo Municipal, la Academia General Militar y las colecciones Emilio Alfaro y Fausto Jordana de Pozas, sin olvidar otras aportaciones del Archivo de Tafalla, Sr. Gella, Sr. Bernal, Sr. Ardanuy, etc. Entre los óleos de este pasillo hay que destacar el «Reembarco de las tropas del Marqués de la Romana», por El Panadero (Museo Romántico), el boceto de Meléndez, «Lucha ante el Portillo» (Colección Alfaro), retratos del capitán Cónsul, Agustina de Aragón y Condesa de Bureta (Museo del Ejército) y retrato de Palarea el Médico (Museo Romántico).
Entre los muchos libros cabe señalar los de estudio de Palafox niño, en las Escuelas Pías de Zaragoza con el Padre Boggiero, cuyo retrato al lápiz, hecho por el alumno, también figura. La colección de grabados -en su mayor parte del Museo Municipal de Madrid, con aportaciones del Museo Romántico y del de Bellas Artes de Zaragoza- es excelente e imposible detallarla; puramente iconográficos unos, otros realistas, muchos satíricos, diseñados y editados en Inglaterra, Francia, Italia y España, significan uno de los más curiosos documentos sobre la contienda y la propaganda que todos desplegaron. Los impresos y manuscritos son numerosos, muchos inéditos y todos de la mayor importancia; puestos a singularizar algunos de ellos, citemos las Memorias manuscritas de Palafox, la minuta de éste sobre el heroísmo de Manuela Sancho, la descripción de la gesta de Agustina de Aragón de mano del mismo General; las proclamas de éste a los sitiados y una carta al mariscal de Conegliano diciéndole que “Zaragoza no sabe rendirse»; cartas de Castaños y Espoz y Mina, de la Madre Rafols a Palafox; prensa de los diversos lugares de España y de Inglaterra; bandos y proclamas del día 2 de mayo y siguientes, etc., etc.
Desemboca el corredor en la primera sala de artesonado, donde se han instalado diversos cuadros de Goya. Son éstos los retratos de Fernando VII y el duque de San Carlos, pertenecientes al Canal Imperial de Aragón y depositados en el Museo de Zaragoza; de este Centro, un autorretrato y un retrato de Carlos IV; finalmente, un bellísimo autorretrato de la Colección Rodríguez de Rivas y el boceto del retrato de la condesa de Bureta, del Museo de Colonia (Banco de Aragón, de Zaragoza). Se completa la sala con el busto del gran pintor aragonés, testigo de la Guerra de la Independencia, obra del escultor Burriel (Diputación Provincial).
En la segunda sala con artesonado comienza la evocación del Ejército francés bajo el I Imperio de 1808 a 1814, a través de retratos, grabados, armas, uniformes y objetos de dicha época. Una primera vitrina contiene planos, grabados y documentos relativos al cuerpo expedicionario del Marqués de la Romana para la guerra de Dinamarca y referencias a su brillante actuación; otra vitrina encierra el uniforme del mariscal Bernadotte, luego rey de Suecia; hay, además, un grupo de cascos, armas, documentos de 1808 y, agrupados, los retratos de Lannes, Suchet y Palafox, aparte de un conjunto de documentos referentes al primero de los generales citados y su bastón de mando, pieza excepcional. Completa la sala un espléndido uniforme de oficial general, de gala (Colección Brunnon, de Marsella).
La siguiente sala, dedicada al sitio de Zaragoza, con documentos relativos al general Lejeune, grabados del sitio y uniformes de húsar y de coracero, guarda, sobre todo, un documento de excepcional interés: el acta de capitulación de la Ciudad, procedente del Archivo Histórico Nacional de París.
A la sala siguiente se pasa bajo un estandarte del 5º Regimiento de Cazadores a caballo, entregado por Napoleón. Se dedica a la obra realizada por Napoleón, no solamente en la guerra, sino en la administración y organización civil; figuran numerosos autógrafos del Emperador, planos parciales de Zaragoza (por ejemplo, el realizado por los zapadores de la iglesia de San Agustín para preparar el ataque); además, un uniforme de sargento de carabineros del 23 de Infantería ligera, un casco de zapadores, armas y numerosos objetos más.
Termina la Exposición en el Salón del Trono, dedicado a los héroes de los Sitios. En lugar preferente, el retrato de Palafox, de cuerpo entero, recibe la simbólica guardia de armas y banderas (Ayuntamiento de Zaragoza y Museo del Ejército); dos pequeñas vitrinas que tienen como fondo un tapiz de la iglesia de San Pablo guardan las condecoraciones de los Sitios la una y recuerdos de Agustina de Aragón -charreteras, condecoraciones e insignias- la otra (Museo del Ejército). Otra vitrina tiene diversos objetos: cerámicas, chalecos, soldados de plomo franceses, armas, cte. (Colecciones Nasarre, Metayer, Rodríguez de Rivas, Jordana de Pozas, Ayuntamiento de Zaragoza.) El resto de los óleos está constituido por un retrato de Agustina de Aragón atribuido a Brambila (Museo Lázaro Galdeano), el duque del Infantado, por Vicente López (Museo de Arte Moderno), Calvo de Rozas, Sangenís y otros héroes (Academia General Militar), La jura de los voluntarios de Aragón en la Puerta del Carmen, de Valdivia, y Agustina de Aragón, de H. Acosta (Diputación Provincial); Malasaña y su hija, de E. Alvarez Dumont, y Defensa del reducto del Pilar, de F. Giménez Nicanor (Museo Provincial de Zaragoza), condesa de Bureta (Casino Principal), Casta Alvarez (Ayuntamiento), por Unceta; finalmente un retrato de Fernando VII, por Aparicio, y el marqués de la Romana, por Vicente López (Museo Romántico).
En las vitrinas centrales se exponen la famosa bandera blanca con enseña central representando la Virgen del Pilar, ante la cual juraron los voluntarios de Aragón, que los franceses llevaron consigo después de la capitulación, pasando a los Inválidos, donde se salvó del incendio, y volviendo a España entregada por el Gobierno del mariscal Pétain (Museo del Ejército). En el eje del salón está también una maqueta de la Torre Nueva, que sirvió de vigía durante los Sitios (Museo de Bellas Artes), otra maqueta con Zaragoza y sus defensas durante la Guerra de la Independencia (Ayuntamiento de Zaragoza) y, finalmente, la hoja de servicios, la espada, el bastón y las pistolas de arzón de Palafox, en una última vitrina (Museo del Ejército).
En la apertura de esta Exposición, honrada por todas las autoridades de Zaragoza y numerosas personalidades francesas, hicieron uso de la palabra el Dr. Beltrán, el Prefecto de Pau, Sr. Reymond y el Alcalde de Zaragoza. En definitiva, estas Exposiciones significan una concordia y lazo de amistad entre España y Francia, que se han esmerado en presentar ante los aragoneses un hecho histórico en todas sus facetas y dimensiones. Una conjunta glorificación del heroísmo que significan los Sitios de Zaragoza.