ASOCIACIÓN CULTURAL LOS SITIOS DE ZARAGOZA

Programa nº 3

Emitido el 4 de octubre de 2007   

Interviene:  Juan Carlos Cortés

AGUSTINA DE ARAGÓN Y CASTA ÁLVAREZ

AGUSTINA DE ARAGÓN

asada con el artillero D. Juan Roca vivió en Barcelona hasta el principio de la Guerra de la Independencia en que, al salir a campaña su marido vino a Zaragoza a casa de una hermana. El 2 de julio, llevando víveres a la batería del Portillo, presencia un ataque de los franceses y la muerte de todos los artilleros que sirven un cañón, lo cual deja la brecha abierta por la que puede entrar la columna francesa. Agustina arranca de manos del sargento muerto el botafuego que iba aplicar a la pieza en el momento de caer y sin vacilar da fuego al cañón.

Ametrallados por el disparo vacilan los franceses y electrizados por el ejemplo de la heroína los defensores de la Puerta del Portillo hacen un vivo fuego que rechaza al invasor. La situación se ha salvado. Palafox, presente en ese momento en el Portillo, coge las jinetas del sargento muerto y las coloca en el hombro de Agustina. Posteriormente estuvo destinada como sargento «de plantilla» en la batería de la Puerta del Carmen, lugar de frecuentes combates durante ambos sitios.

Prisionera tras la capitulación el 20 de febrero es conducida a Francia, con su marido, que había llegado a Zaragoza con los refuerzos, y su hijo. El niño muere y Agustina y su marido logran evadirse. Se presenta en Tortosa que al poco tiempo es sitiada por los franceses, combate contra ellos y tras la capitulación se ve otra vez prisionera. Canjeada se incorpora al Ejército del Norte con el que asiste, encuadrada en una batería de montaña, a la batalla de Vitoria. Finalizada la guerra es recibida en Madrid por el Rey Fernando VII que le confirma el empleo de Subteniente de Infantería. En 1823 fallece su esposo el capitán Roca y ella marcha a Almería, donde más tarde se casa con D. Juan Cobos, Barón de Cobos de Belchite, médico, y pasan a residir en Valencia, de allí a Sevilla y luego a Ceuta, donde Agustina presta servicio en el Regimiento de Infantería Fijo de Ceuta como Subteniente hasta su retiro por edad. Falleció en Ceuta y fue enterrada allí.

En 1870 el Ayuntamiento de Zaragoza consigue trasladar, con todos los honores, su cadáver que es enterrado en el Pilar. El 19 de julio de 1909, entre los actos solemnes del I Centenario de los Sitios, es enterrado definitivamente en la Capilla de las Heroínas de la Iglesia de Dª. Srª. del Portillo junto con los de Manuela Sancho y Casta Álvarez.

Más información completa en: Biografía de Agustina de Aragón


CASTA ÁLVAREZ

Nació en Orán (Argelia) en 1786, hija de labradores, naturales de un pueblo de la provincia de Zaragoza.
Destacó en en los asedios a sus 22 años de edad, por su patriotismo y valor acompañando a los defensores en la batería de cañones de puerta Sancho y en los combates del barrio del Arrabal, armada de una bayoneta sujeta al extremo del hombro a  modo de lanza, en ocasiones amenazante hacia los franceses.

El general Palafox la condecoró con el escudo de los defensores, y el rey Fernando VII le concedió una pensión de cuatro reales diarios en 1815.

Aquí vivió y murió 
Casta Álvarez.
Defensora de la Ciudad de Zaragoza en sus gloriosos asedios de 1808 y 1809.
En honor de tan insigne heroína dedica esta memoria
La Junta del I Centenario de los Sitios 1908

Una vez terminados los asedios sus padres se negaron a vivir en Zaragoza bajo el dominio de los franceses marchándose a Cabañas de Ebro, donde Casta Álvarez casó en 1814 con un acomodado labrador. Viuda y sola, pasó los últimos años de su vida olvidada de todos,  falleciendo el 29 de Abril de 1846 a los 60 años de edad. Para el centenario de los sitios en 1908 su cuerpo fue desenterrado y conducido a la iglesia del Portillo en Zaragoza, donde reposa junto a los restos de Agustina de Aragón y Manuela Sancho.
En el Ayuntamiento de esta ciudad hay un cuadro de ella pintado por Unceta, que decora el salón de sesiones.

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