Faustino Casamayor y Ceballos, alguacil de la Real Audiencia del Reino de Aragón, fue el autor de Años políticos e históricos de las cosas particulares ocurridas en la Imperial y Augusta ciudad de Zaragoza y LosDos Sitios de Zaragoza, dos obras fundamentales para el conocimiento de historia de Zaragoza entre el siglo XVIII y el siglo XIX.
El cronista nació en Zaragoza el 15 de febrero de 1760, fue bautizado en la parroquia de San Miguel de los Navarros, fruto del matrimonio de Juan Casamayor, casado en segundas nupcias con Josefa Ceballos. Durante cincuenta y un años, partiendo de 1782, elaboró Años políticos…, una crónica diaria de los hechos que acontecían en Zaragoza. Vivió momentos históricos tan relevantes como fueron la Ilustración, el absolutismo, la Guerra de la Independencia (con el añadido de los dos Sitios de Zaragoza, y la posterior ocupación francesa durante cuatro años), el regreso del absolutismo, el liberalismo… y todo esto ha quedado reflejado en su obra día a día.
Personalmente, cursó estudios universitarios en Filosofía, Cánones y Leyes durante ocho años, entre 1774 y 1782, lo que hace de él un personaje más cerca del pensamiento ilustrado de su época de lo que se presumía hasta el momento. En el aspecto laboral, además de alguacil de la Real Audiencia obtuvo el cargo de Tesorero del Término de Regantes de Mamblas y también actuó como apoderado para los condes de Robres. En el ámbito privado se casó a los cuarenta y seis años con Antonia Sisamón, a la que llevaba veintiocho años y con quien tuvo ocho hijos. En el aspecto económico se sabe de su calidad de hacendado y de sus bienes inmuebles por las declaraciones catastrales que se conservan en el archivo municipal zaragozano. Salvo un breve viaje que realizó a Madrid en 1817 su vida se desarrolló dentro del entorno urbano de Zaragoza, cambiando su domicilio en algunas ocasiones pero manteniéndose la mayor parte de su vida, y muriendo, en la casa que le cedió el conde de Robres, situada en la calle de Don Juan de Aragón, esquina a la plaza de Santa Marta. También hay que resaltar la relación epistolar que mantuvo con el general Palafox durante los años veinte del siglo XIX, para enviarle información de la vida ciudadana.
Su muerte, el 5 de octubre de 1834, se produjo a los setenta y cuatro años, en el contexto de una epidemia de peste que se había desatado en Zaragoza durante ese mismo verano y que en sus últimos coletazos alcanzó al cronista, por lo que su entierro se llevó a cabo sin ninguna ceremonia en el recién inaugurado cementerio de Torrero.
Reseña biográfica de la autora, Conchita Sánchez Rojo. Para la web de la A.C. Los Sitios de Zaragoza.