Heraldo de Aragón publicó los días 9 y 10 de febrero de 2007 sendos artículos de Mariano García sobre la restauración que se está llevando a cabo en las «Casas de Los Sitios», situadas en la calle del Doctor Palomar, 8. Constituyen un conjunto de cuatro inmuebles de viviendas construidos en el siglo XVII, en cuya fachada podían apreciarse hasta ahora señales de combate, e incluso se podía distinguir a qué tipo de proyectil y calibre correspondía cada uno de los cientos de impactos que mostraba el muro. El edificio, de propiedad privada, ha sido objeto de obras de rehabilitación en su interior, y en la actualidad los andamios cubren toda su fachada, que está restaurando la empresa Gótico.
Recogía las declaraciones de Santiago Gonzalo, presidente de la Asociación Cultural «Los Sitios de Zaragoza», en las que expresaba el deseo de que los trabajos sean lo más respetuosos posible con estos vestigios:
«Es un edificio muy interesante, porque está acribillado y porque es el único ya en toda la ciudad con señales históricas intactas desde hace casi 200 años. Cuando acompañamos a algún grupo de franceses en su visita a la ciudad casi todos se estremecen cuando ven esa casa. Les parece insólito que se haya conservado así, no paran de hacerle fotografías. Había más pero, tristemente, como ha ocurrido en el convento de San Agustín, se han eliminado durante las últimas obras».
El artículo recuerda que un equipo municipal anterior al actual llegó a plantearse la posibilidad de crear el Museo de los Sitios en ese inmueble y los adyacentes, que conformaban una típica casa/palacio aragonesa que se dividió. además, se recuerda que las Casas de los Sitios están recogidas en el catálogo de edificios protegidos elaborado por el Ayuntamiento de Zaragoza, que lo considera «de interés monumental». Según la ficha del mismo en Urbanismo, la única intervención permitida es la de «restauración», y se obliga a conservar las fachadas, la caja de escaleras y las bodegas.
Las tareas de limpieza de la fachada ya han empezado, y el aspecto negro y oscuro que tenía la pared de ladrillo está siendo sustituido por otro mucho más claro, color turrón. Expertos consultados por el periódico señalan que la limpieza debe ser muy cuidadosa y no debe eliminar ni el más mínimo fragmento de ladrillo, ya que «el estado de conservación hasta ahora era tan bueno que se podía identificar el tipo de proyectil y calibre de cada impacto en el muro».
Desde la Asociación nos hemos puesto en contacto con los responsables de las obras que afirman que están siendo controladas por el Ayuntamiento, que no permite que se tapen los impactos de la esquina, que es donde mejor se aprecian. Y que ese tono «turrón» de las zonas ya tratadas desaparecerá cuando se termine de limpiar y consolidar el conjunto. Más información en CALLE DOCTOR PALOMAR