Programa N° 89
Emitido el 5 de Marzo de 2004
Interviene Mariano Martín
Callejero de Los Sitios (VII)
Calle Juan Gallart
Entre las calles Alfredo Nobel y Lope de Vega, en el Barrio Oliver (50011).
Natural de Barcelona, vecino del comercio de Zaragoza: fue uno de los patriotas que desde el principio contribuyó a la defensa con las armas en la mano. En la salida de Alagón se unió a los Voluntarios y posteriormente concurrió a los puntos en los choques y ataques que dieron los sitiadores. Desde su casa, sita en el Coso junto al Arco de San Roque, sostuvo el fuego y recorrió aquella línea cuando entraron los franceses el 4 de agosto; y el 5 hizo en la calle del Carmen un prisionero arrebatándolo de en medio de otros compañeros con quienes se hallaba, que presentó al comandante del punto don Benito Piedrafita, y condujo después al palacio del general. Evitó se incendiasen cincuenta o más sacas de lana que formaban la cerradura de la calle del Hospital. En el segundo sitio concurrió con el mismo ardor y entusiasmo a la defensa, especialmente después que los franceses entraron en la ciudad. Defendiendo la calle de la Puerta Quemada sufrió, en una voladura, varias contusiones y quemaduras; y haciendo fuego, junto a la batería de la universidad, a los franceses que ocupaban los edificios de frente, que están a muy corta distancia, le hirió una bala de fusil, y falleció a las cuatro horas.
Alcaide Ibieca, A. Suplemento a la Historia de los dos Sitios…. , pp.130-131.
Calle María Lostal
Entre la calle León XIII y el Camino de las Torres (50008).
Fue una verdadera heroína que el 4 de agosto de 1808 prestó notorios servicios en la defensa del Colegio carmelitano de San José, confinante a la puerta del Carmen. Cuando ya el enemigo se apoderaba del edificio, penetró en la Iglesia y despreciando peligros mortales recogió las reliquias y vasos sagrados salvándolos y salvándose en el hospital de convalecientes (actual Hospital Provincial). Su arrojo y serenidad merecieron unánimes aplausos y la pensión de seis reales diarios con que resultó agraciada por Palafox. Tuvo la desgracia de perder a su marido en el Segundo Sitio, y ella falleció a fines de 1809 o principios de 1810; por eso sin duda quedó tan olvidada de los historiadores que escribieron sus libros bastantes años más tarde. La gracia de la pensión a que antes se aludía fué confirmada luego por Fernando VII en favor de los menores huérfanos de la intrépida finada (Antonio, Joaquina y Angeles Sola Lostal). Por acuerdo municipal de 15 de octubre de 1943 se le dio el nombre de la heroína a la que hasta entonces se había denominado «Nueva del Ensanche de Miraflores» en el camino de las Torres.
Bib.: BLASCO IJAZO, J. Las calles de la ciudad, 1944.