Onda Cero Zaragoza, 3ª época, programa nº 22
Emitido el 9 de marzo de 2007
Interviene Mariano Martín
El museo (radiofónico) de Los Sitios
SALA DE LOS HÉROES
En esta sala no sólo van estar los héroes de todos conocidos, sino muchos otros que no lo fueron menos por no ser famosos. Éste debería ser un homenaje a todos nuestros antepasados, que vertieron su sangre en defensa de la Patria y de su ciudad.
Antes de entrar, en la parte superior de la entrada podría ir una placa recordatorio con una lista de los otros héroes desconocidos, en especial de aquellos que por decreto de Palafox de 16 de agosto de 1808, al final del Primer Sitio, recibieron el Escudo de Premio y Distinción: Vicente Casanova, Andrés Gúrpide, los hermanos Tabuenca, Valero Ripoll, Pedro Velázquez, Esteban Espatolero, Pedro Bus, Jaime Moya, Bernardo Navarro, Matías Carrica, José Buesa, Telesforo Peromarta, Manuel Robledo, Francisco Ibáñez, Juan Gallart, Pedro Cortés, Felipe Arias o Joaquín Sánchez del Caso. Y muchos otros que haría la lista interminable.
Nada más entrar, a la izquierda, podría haber una reproducción en tamaño grande de la Proclama de Palafox del 28 de mayo de 1808, llamando al alistamiento de los zaragozanos y de todo Aragón, cuyo original se encuentra en el Archivo Municipal de Albarracín con el legajo num. 90.
Justo debajo en una vitrina el original que, entre otras cosas, dice:
- Que los vecinos se dividan en compañías de 100 hombres
- Que se les socorra con 4 reales de vellón diarios.
- Que deberán mantener la felicidad y el orden público proclamándose la Ley Marcial.
- Alistamiento de todos los paisanos de entre 16 y 40 años
- Petición de armas, telas, víveres, carros y caballerías, grano, dinero joyas etc.
- Para hacer la medida más popular, elimina el impuesto sobre el vino.
A continuación los cuadros, de los que hay una nutrida representación y habría que hacer una selección de los más veraces y bonitos, yo he elegido éstos:
- “La Batalla de las Heras” de Mariano Oliván Aznar, inspirado en la lámina de Gálvez y Brambila.
- “La Jura del Carmen” de Nicolás Ruiz Valdivia (1866, Diputación Provincial de Zaragoza”), que representa a los
zaragozanos y al regimiento Extremadura recibiendo la bandera de la Virgen del Pilar y en el que se
comprometen a “defender la ciudad hasta la última sangre”. - “Defensa del Reducto del Pilar” de Federico Jiménez Nicanor (Museo de Zaragoza), que fue un encargo de la
Academia de Bellas Artes de San Luis y se expuso por primera vez en la Exposición Aragonesa de 1885-86. - Habría que rescatar de los sótanos del Museo Provincial otro cuadro de Mariano Oliver Aznar en el que se ve a
unos baturros evacuando a los heridos, pintado en 1887 y pendiente de restauración. Si no fuera posible hay
una copia en manos particulares. - “Baturro de guardia durante los Sitios”, de Marcelino de Unceta (1902, Museo de Zaragoza).
- El boceto del cuadro llamado “De los Fieles Zaragozanos” pintado por Ramón de Urquizo en 1824, que está en
el museo Zaragoza y cuyo original esta en la Capilla del mismo nombre de la iglesia de Santiago. - Para que no todo sea español y hay algo del ejército enemigo, en un rincón pondríamos una copia del cuadro
pintado por el General Francés Jean Francoise Lejeune titulado “Asalto al Convento de Santa Engracia” que se
halla en el Museo Nacional del Chateau de Versalles, y que es de una factura preciosa y con mucho colorido.

Asalto al monasterio de Santa Engracia.
1827. Óleo sobre lienzo. Museo de Versalles

Baturro de guardia durante Los Sitios 1902.
Óleo sobre lienzo de 46×40 cm. Museo de Zaragoza.
Y como no podía ser de otra manera, también algún grabado que equivalía a la fotografía actual y de los que podríamos destacar tres poco conocidos:
- “El Capitán Romeo muere rechazando a los franceses en la batería del Carmen” de Juan José Martínez
Espinosa (Museo del Prado), en el que se aprecia claramente que la mayoría de los defensores son paisanos. - “Lucha callejera” (Biblioteca Provincial de Zaragoza), en el que se ve a civiles tirando piedras, atacando con
cuchillos…y enfrentándose a la caballería polaca. - Un dibujo, que más parece un cómic de principios de siglo XX, titulado “Sitio de Zaragoza”, en la Biblioteca
Nacional de Madrid, en le que se ve defendiendo varios baturros las tapias de la ciudad y disparando un cañón.
Después pasaríamos a los cuadros de los héroes, en parte ya “conocidos” tras visitar la sala de los grabados de Gálvez y Brambila. En todos ellos habría unos letreros explicando la procedencia del cuadro y unas breves pinceladas de la biografía de los retratados.
- “Defensa del Arrabal por el Tío Jorge“ que es un retrato del célebre “Cuello Corto”, pintado por Mariano Alonso
Pérez Villagrasa, que fue propiedad del Casino Principal de Zaragoza y que actualmente está en la escalera
de acceso al Palacio de Sástago entrando desde la Diputación Provincial. A ambos lados pondríamos la lista
de los que acompañaron al Tío Jorge a la Alfranca y una foto ampliada del palacio, junto con la explicación de
los azarosos momentos vividos en mayo de 1808. - Los cinco óleos, de una colección de 17, inspirados en los grabados de Gálvez y Brambila y pintados en 1858
por José González, por encargo de la Junta Directiva del Círculo Zaragoza y que representan al Tío Jorge,
Mariano Cerezo, Felipe Sanclemente, Miguel Salamero y José de la Hera. - Otro retrato de Mariano Cerezo pintado por Alejandro Cañada en 1965 que está en manos particulares .
- El retrato de Juan Martín de Goicoechea que está en la Academia de San Luis de Zaragoza, ya que él fue un
miembro destacado. - El retrato de cuerpo entero de Pedro María Ric.
- El retrato de Lorenzo Calvo de Rozas, Intendente de Zaragoza, pintado por M. Izquierdo Vivas que está expuesto en el Museo de la Academia Militar de Zaragoza, regalo de un particular.

Lorenzo Calvo de Rozas H.1945. Óleo sobre lienzo de 1,30×1,00 m.
Academia General Militar.

Defensa del Arrabal por el Tío Jorge1880.
Óleo sobre lienzo de 2,5×1,5 m.Diputación Provincial de Zaragoza.
Como todo no van a ser cuadros, en el centro habría una gran vitrina-escaparate, con maniquíes vestidos con uniformes y trajes de época, tanto originales como reproducciones actuales inspirados en los trajes de entonces.
Rodeando esta gran vitrina, en otras más pequeñas se expondrían complementos de la época como pañuelos de puntillas, antiparras y monóculos, pipas para fumar, relojes de bolsillo, relicarios y estampas de la Virgen del Pilar… y todos aquellos objetos de uso cotidiano como cántaros, cestas, botellas para vinos etc., que se pueden localizar en museos etnográficos y sobre todo en manos particulares.

Otra vitrina, también grande, recogería las armas populares con las que atacaban al ejército francés: tijeras, palos con bayoneta, trabucos, aperos de labranza, navajas de “lengua de vaca” y de “puntos” y todo tipo de armas blancas usadas en aquel entonces. Serían de fácil localización en anticuarios y colecciones particulares.
En otras vitrinas podríamos observar monedas, escarapelas para poner en los sombreros, los escudos de “Defensor de Zaragoza” y de “Distinción” así como medallas originales entregadas a los combatientes en el primer y segundo sitio y también las conmemorativas de 1908 y los diplomas entregados a los que participaron en el Bicentenario.
A la salida abría una mesa con recortables de los héroes, puzzles de escenas menos sangrientas, y caramelos conmemorativos con las efigies de los héroes. Para que los niños se llevaran un buen recuerdo de la sala.





Diversas imágenes de personajes y escenas de combates, de una colección de postales editadas en el Primer Centenario de la Guerra de la Independencia.
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