RADIO BICENTENARIO
Onda Cero Zaragoza, 4ª época, programa nº 29
Emitido el viernes 1 de agosto de 2008
Interviene: Paco Escribano, José Antonio Alaya, Belén Vicente y Paco Yáñez como el coronel Sangenís
ZARAGOZA 2008: BICENTENARIO DE LOS SITIOS
ACTO CONMEMORATIVO DEL 4 DE AGOSTO
Patrocina: Fundación Zaragoza 2008. Organiza: A.H-C. “Voluntarios de Aragón”.
Colaboran: Artilleros de Aragón; A.C. “Los Sitios”; El Royo del Rabal; Gozarte.
19’30: Concentración de participantes con uniformes de época en Pza. de Aragón.
20’00: Recorrido de Pza de Aragón a Pza. de España, en recuerdo del ataque general francés que consiguió penetrar en la ciudad desde la
Puerta de Santa Engracia hasta el Coso.
20’30: Concentración en Plaza de España (Diputación), en el carrillón de la Diputación provincial sonará “el Sitio de Zaragoza”, lectura del
Diario de Casamayor de 4 de agosto de 1808.
20’40: Homenaje a los defensores: En la zona central de la Plaza de España, se ubicará un piquete de Voluntarios de Aragón y de Artilleros de Aragón, junto con representantes institucionales. Se depositará una corona de laurel en el monumento a los Mártires. A continuación salva de honor (posible salva de cañón).
20’50: Interpretación de Los Sitios de Zaragoza, por una banda de música.
21’00: Visita a la exposición de los Grabados de los Sitios, en Puerta Cinegia.
21’10: Inicio de una ruta guiada de los Sitios:
1. Calle Cuatro de Agosto (detrás del casino). Los Voluntarios realizarán una salva.
2. Basílica del Pilar (impactos de la fachada)
3. Casa Palafox.
22’30: Fin de la actividad.
Del 29 de mayo al 14 de octubre. Centro de Historia de Zaragoza (Pza. San Agustín s/n) | Exposición: “La ciudad de Los Sitios” | Fundación Zaragoza 2008. | LIBRE |
Del 5 de junio al 15 de septiembre. Lonja de Zaragoza (Plaza del Pilar) | Exposición: “Encrucijada de culturas”. Incluye un interesante apartado de Los Sitios. | Ibercaja | LIBRE. |
1 de agosto, 21 horas. Museo del foro romano, Plaza de la Seo, Zaragoza. | Recital de bandurria y guitarra: Música española entre 1808 y 1908. Jesús Gil (bandurria) y Andrés Sánchez (guitarra). | Asociación Aragonesa de Intérpretes de Música. | Venta de entrada en cajeros CAI (6€). En taquilla, 7 euros. |
4 de agosto, 19,30 horas. Plaza de Aragón – Pza. España (Zaragoza). | Acto de conmemoración del asalto francés el 4 de agosto de 1808. Desfile de grupos de recreación y ofrenda floral en Monumento a los Mártires. | A. H-C. “Voluntarios de Aragón”. | ENTRADA LIBRE. |
Puede encontrar la agenda actualizada de los actos de todo el año, no sólo con los ya confirmados, sino también con otros en diversas fases de organización y que incluso podrían no llegar a realizarse en:
CALENDARIO DE ACTIVIDADES
Los Sitios de Zaragoza (1808-1809)
CRÓNICA DE ZARAGOZA, LUNES 1 DE AGOSTO DEL AÑO DEL SEÑOR DE 1808
Titulares:
– AMENAZADORES PREPARATIVOS PARA UN NUEVO ASALTO FRANCÉS.
– GRAVES PROBLEMAS DE ABASTECIMIENTO EN ZARAGOZA.
– IMPORTANTES SALIDAS EN LA MARGEN IZQUIERDA.
AMENAZADORES PREPARATIVOS PARA UN NUEVO ASALTO FRANCÉS.
Nuestra ciudad ha sufrido esta madrugada un intenso bombardeo, entre las 4 y las 7 de la mañana, con el lanzamiento de más de 50 granadas reales y algunas bombas desde las baterías de Torrero y la Bernardona. Aunque han causado algún daño en las casas, no ha habido desgracias personales.
Al mismo tiempo bajaban los franceses en bastante número desde Torrero hacia el Convento de San José. Aunque lo defendieron los nuestros muy bien desde el molino de aceite, no se pudo evitar que se introdujeran en sus ruinas, desde las cuales están haciendo un fuego tan vivo que no dejan tirar a nuestros artilleros.
Como siempre, la última hora de los combates nos la trae Paco Escribano, que se encuentra en la torre del monasterio de Santa Engracia:
- ¿Cómo se ve la situación desde ese punto? Ahora mismo no hay ataques, aunque sí un tiroteo continuo y movimiento de gran número de tropas francesas a ambos lados del Huerva, desde el Ebro hasta el Castillo. Para comentar el significado de esta actividad, nos acompaña el coronel Antonio de Sangenís, Comandante de los Ingenieros de la Plaza.
- Comentar emplazamientos de baterías y aproches franceses.
- ¿Qué significa? Inminencia de un asalto.
¿Estamos preparados? Zaragoza detrás de tapias, no de murallas, grandes trabajos realizados, confianza en resistencia.
GRAVES PROBLEMAS DE ABASTECIMIENTO EN ZARAGOZA.
En los últimos días no ha habido ataques directos contra la ciudad, aunque sí un continuo hostigamiento. Parece que los franceses han volcado su esfuerzo en intentar cortar todos los posibles abastecimientos a la ciudad, atacando los molinos, arrasando repetidas veces las huertas y quemando los trigos, así en los campos como en las eras. También han prendido e incluso asesinado a algunos pobres labradores que se atrevieron a salir a recoger sus cosechas del término de las Fuentes.
El resultado es la creciente escasez de verduras, carne y de pan, a pesar de las providencias de la Junta de Abastos, por lo que se están produciendo algunos altercados populares. Esta mañana a las 8 ya no se vendía carne y estaban cerradas las carnicerías, pues sólo se están matando 80 carneros cuando se precisan casi 300. Y el pan se está vendiendo a lanzadas, pues en cada punto de venta hay unos guardas con lanzas, causando mucho daño, especialmente a las mujeres que pierden sus vestidos y ropas por alcanzarlo.
IMPORTANTES SALIDAS EN LA MARGEN IZQUIERDA.
Precisamente, para dificultar las fechorías de los imperiales en los campos y mantener abiertas las comunicaciones a través del Arrabal, nuestros soldados han protagonizado acciones ofensivas sobre el camino de los molinos y los pasos del Gállego, obligando a los enemigos a replegarse a sus posiciones en Juslibol y más allá de Cogullada.
Estas acciones tuvieron lugar los días 29 y 30 y fueron mandadas por el “Inspector de Caballería don Fernando Butrón, quien animado de un celo nada común ha mandado como jefe el ataque de sus tropas animándolas con su ejemplo como soldado».[i] Participaron en las mismas un Escuadrón de Cazadores de Fernando 7º, otro del cuerpo de reserva del General, un grupo de los Voluntarios de Aragón, una compañía de Extremadura, otra de Suizos, una de Guardias Españolas y cientos de paisanos armados.
CONFIDENCIAL (volvemos a conectar con Paco Escribano, que ha escuchado algunas conversaciones jugosas en sus visitas al cuartel general español).
Informaciones de desertores y prisioneros franceses:
- José Napoleón se halla en Madrid, se hizo proclamar Rey de España el día de Santiago, está recibiendo pleitesía de algunos nobles que han quedado en la capital y ha ordenado la publicación de una Constitución como ley fundamental de España y las Indias, PERO….
- Están llegando rumores de una gran derrota francesa en Bailén, y no quedan fuerzas francesas significativas al Sur de Madrid, por lo que podría estar preparándose la marcha hacia el Norte del monarca intruso.
- ¿Cómo afectará eso a Zaragoza? Quizá abandono del asedio, quizá un ataque definitivo para ocupar nuestra ciudad y así controlar este importante nudo de comunicaciones entre los pasos pirenaicos por Vascongadas y Cataluña.
FUENTES:
– CASAMAYOR, F. Años políticos e históricos de las cosas sucedidas en Zaragoza (1808), (Comuniter, 2008).
– CASAMAYOR, F. Diario de Los Sitios (Comuniter, 2000).
– ALCAIDE IBIECA, A. Historia de los dos sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón.
– BELMAS, J. Los Sitios vistos por un francés, (Comuniter, 2003).
– Gazeta de Madrid de los días 22 a 21 de julio de 1808.
– Gazeta ministerial de Sevilla del día 16 de julio de 1808.
Descripción de las obras francesas de asedio
BELMAS, J. Los Sitios vistos por un francés. Comuniter, 2003, pp. 35-37.
En la noche del 17 al 18 de julio, se inició una paralela en la orilla derecha del Huerva y cerca del encajonamiento de este río, desde el puente de Santa Engracia, donde se abría el camino del Monte de Torrero, hasta cerca del convento de San José. Se hicieron detrás de esta paralela algunas comunicaciones para llegar a cubierto desde los olivos y se construyeron cuatro baterías, a saber:
– La nº 1, a la derecha de la paralela, y casi frente a la iglesia de San Miguel, armada con dos obuses de ocho pulgadas y con dos piezas de 8 alargadas, para abrir el muro del recinto, contrabatir las piezas colocadas por el enemigo detrás de este muro y hacer rebotar la parte que se une al convento de Santa Engracia.
– La nº 2, a la izquierda de la primera, con cuatro piezas del 8 dirigidas contra el mismo muro.
– La nº 3 frente al cercado de Santa Engracia, con seis piezas del 16, y cuatro obuses de ocho pulgadas. Esta batería, llamada de brecha, debía abrir el muro del jardín de Santa Engracia y el del convento mismo.
– La nº 4, cerca del puente del Huerva, dónde se habría el camino de Monte Torrero, con dos piezas del 12, cuatro del 8 y dos obuses de ocho pulgadas, debía batir la puerta de Santa Engracia y la torre del Pino.
El ataque dirigido contra Santa Engracia por la margen derecha del Huerva debía prolongarse también por la orilla izquierda. A este efecto, se partió del convento incendiado de los Capuchinos [Hernán Cortés] para llevar a ciento cuarenta metros del recinto hacia la torre del Pino, una paralela de alrededor de trescientos metros de longitud, cuya derecha se apoyó en el Huerva, cerca del puente, y la izquierda en una casa de campo de la que nos adueñamos. Desde esta paralela, los tiradores franceses inquietaron mucho a los artilleros españoles.
Los zaragozanos, viendo al enemigo establecido tan cerca de la muralla, temieron que pusiéramos minas bajo la puerta del Carmen y en la torre del Pino. Sus minadores abrieron inmediatamente dos galerías contraminas para venir a nuestro encuentro. Por nuestra parte, para sostener nuestros ataques en esta parte, construimos varias baterías, a saber:
– La nº 5, a la derecha del convento en ruinas de los Capuchinos y cerca del borde del Huerva, de cuatro morteros de doce pulgadas, con el fin de destruir el convento y la puerta de Santa Engracia, y de arrojar bombas en un cierto radio más allá que interceptasen el acceso al enemigo.
– La nº 6, contigua al convento en ruinas de los Capuchinos, delante de la nº 5, de dos piezas del calibre 12, y de dos obuses de seis pulgadas, batiendo la torre del Pino, la puerta de Santa Engracia, y rebotando la porción de la muralla que se encuentra entre estos dos puntos.
– La nº 7, a la izquierda del convento arruinado de los Capuchinos, de dos piezas del 12 y dos obuses de seis pulgadas, que debía batir la puerta del Carmen y arrojar obuses sobre la plaza de Santa Engracia.
– La nº 8, de tres piezas del calibre 8, un obús de seis pulgadas y un mortero de nueve pulgadas, que fueron colocadas un poco a la izquierda de la carretera de Madrid para batir el Castillo que se encontraba enfrente, la puerta del Portillo, y todas las bocas de fuego que el enemigo tenía en esta zona.
Los pasos dirigidos contra el castillo fueron enlazados con el convento arruinado de los Capuchinos por una comunicación trazada a través de los olivos, a favor de los muros de los jardines en los que se abrieron aspilleras y también por los extremos de las trincheras construidas cerca de la batería nº 7.
Dos baterías volantes fueron colocadas en reserva; una de dos piezas del calibre 8, dos del 4 y un obús de seis pulgadas, detrás de la batería nº 4; la otra, de una pieza del 8, dos del 4 y dos obuses de seis pulgadas, detrás de las baterías nº 4 y nº 6.
El 27 de julio, la construcción de las trincheras y de las baterías estaba muy avanzada, y casi todos los convoyes esperados de Pamplona, ya habían llegado. El general Verdier ordenó que todo estuviese dispuesto para un próximo ataque.
Sin embargo, el enemigo hacía frecuentes salidas en la orilla izquierda del Ebro para conservar sus comunicaciones con el exterior, pues comprendía su importancia. Esperaba, de un día para otro, un refuerzo de tropas proveniente de Cataluña. Había agrupamientos en Osera, Aguilar y Pina, sobre la margen izquierda del Ebro. Un batallón de los Voluntarios de Aragón había tomado una fuerte posición delante de Osera, apoyada en el Ebro en la que se había atrincherado; allí debían unírsele un segundo batallón y el regimiento de Mallorca que había desembarcado en Cartagena. El general Verdier, conociendo estos agrupamientos, envió el 28 de julio al general Habert con tres batallones, dos piezas de artillería y doscientos lanceros para batir al enemigo antes de que se hiciese fuerte. Los españoles fueron expulsados de su posición y perdieron ciento cincuenta hombres, entre muertos y algunos prisioneros. El general Habert persiguió a los que huían hasta Pina y regresó al campamento de Zaragoza el 30 de julio. Durante esta expedición, la guarnición había salido de la cabeza de puente de la orilla izquierda para ir sobre la retaguardia de la columna francesa; pero fue contenida, a pesar de todos sus esfuerzos, por dos batallones y un escuadrón colocados delante del arrabal, comandados por el jefe de escuadrón Maisonneuve, ayuda de campo del general en jefe.
El 1 de agosto, una brigada llegó de Pamplona, escoltando el resto de los objetos de artillería que esperábamos. Se componía de los regimientos de línea 14 y 44, y del escuadrón de marcha nº 11. El general Bazancourt mandaba estas tropas bajo las órdenes del general Lefebvre-Desnouettes.
Obras de los defensores en el Primer Sitio.
ALCAIDE IBIECA, A. Historia de los dos sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón, Suplemento, pp. 201-203
El 18 de junio se dio principio a las obras de defensa en esta forma: delante de la puerta del Portillo se trazó un reducto cuadrado abierto por la gola de treinta varas de largo; el parapeto de ésta, como el de las demás obras, tenía nueve pies de espesor, y el foso doce de anchura, habiendo adoptado estas dimensiones por la calidad del terreno, premura del tiempo y calibre de la artillería que se conceptuó emplearían los sitiadores contra las tapias de la ciudad.
En el Castillo de la Aljafería se apuntalaron los pisos de las dos torres correspondientes al Oeste, que destruyeron las baterías enemigas. Se terraplenaron en parte, macizaron sus parapetos, y se construyó una batería de dos piezas , que subsistió oculta hasta el instante oportuno de romper el fuego.
En la Puerta del Carmen se formó otra batería de una extensión proporcionada para cuatro piezas, que posteriormente sirvió, aunque con mucha incomodidad, para nueve. Se hicieron además dos cortaduras con su parapeto y foso; se arrasó el olivar de la huerta de la derecha, se abrieron aspilleras en la tapia de la misma y también en la de la izquierda, y se construyó a su espalda un largo parapeto con su foso hasta la torre del Pino, en la que se colocaron dos cañones.
En la Puerta de Santa Engracia se construyó otra batería para cinco piezas, se cerraron las calles inmediatas con cortaduras, colocando en ellas artillería y dejando expedita la comunicación por lo interior de una casa. Se colocaron además dos piezas en la huerta de su derecha hasta la torre del Pino, y tres en la de la izquierda. Se aspilleraron las tapias y edificios en toda la línea, desde la huerta de Santa Engracia hasta el molino de aceite en el que se formó, sobre el muro antiguo, una batería alta y otra baja, desde las que se aspilleró, asimismo, toda la línea hasta la Puerta del Sol.
A la derecha de ésta se construyó otra batería con dos piezas, y a su izquierda un reducto circular avanzado sobre una pequeña altura en el que se colocaron cinco cañones.
En el convento de monjas del Sepulcro y Torreones del antiguo muro se ejecutaron algunos trabajos para colocar en ellos algunas piezas de artillería.
En el arrabal de la izquierda del Ebro se cerraron las avenidas exteriores de sus calles, atronerando muchas de sus casas y tapias, y dejando sólo tres entradas cubiertas por otras tantas baterías revestidas de sacos a tierra y con foso de agua corriente, cuyas defensas por parte de la ciudad y para cubrir el puente por ambos costados se sostenían con dos cortaduras que se abrieron a derecha e izquierda del mismo.
Internados los franceses el día 4 de agosto en la ciudad, se construyó en la puerta del Portillo un parapeto con su foso, y en él dos piezas, quedando encerrados los defensores en cien varas de espacio, y dispuestos a defenderse si llegaba el caso de atacarlos por la plaza y sus avenidas.
En la de Sancho se preparó la artillería contra las calles inmediatas, y lo mismo se ejecutó en otros puntos.
Se construyeron parapetos y baterías delante del hospital de convalecientes, en la calle del Carmen, en la que está inmediata con dirección a San Ildefonso, delante del convento de las Fecetas, en la puerta de Cineja y calle de San Gil, haciendo en las demás de la izquierda que desembocan en el Coso cerraduras con sacas y muebles, ejecutando lo mismo en los portales del mercado, en cuya plaza se formó una batería delante de la puerta de San Ildefonso.
Diario de Los Sitios, de Faustino Casamayor.
Versión actualizada para lectura radiofónica por Paco Escribano.
Martes 26 de julio de 1808
Este día por la mañana fue pasado por las armas junto a la puerta de Sancho el Coronel Don Rafael Pesino, del Real cuerpo de Artillería, Gobernador Politico y Militar de las Cinco Villas, el cual estaba preso desde el 13 de Junio por convencido de correspondencia con Napoleón y Murat para entregar dicho partido y por dar noticias de cuantas providencias se tomaban en esta ciudad contra los franceses, cuya sentencia se le leyó a las 10 de la noche y se ejecutó a las 4 de mañana, llevando su cadáver a la Iglesia de la Fecetas.
Esta noche, los franceses quemaron todas las faginas que tenían los labradores hacinadas en sus campos; habiendo entrado en el molino de las almas y hallado nuestras centinelas dormidas, las mataron, pero dando luego contra ellos los hicieron huir, volviendo a recobrar dicho molino, el que fue quemado, no quedando ya otro que el del Pilar.
Habiendo sido la causa el haber abandonado los Comandantes y tropa sus puntos, salió aquel mismo día un bando de Su Excelencia dando licencia para matar a todo Oficial y Soldado que volviese la cara al enemigo. En los demás puntos no hubo novedad alguna, prosiguiendo en hacer los estragos acostumbrados.
Miércoles 27 de julio de 1808
Los franceses este día hicieron muy poco fuego, pero nos causaron mucho daño en los campos quemando los trigos así en los campos como en las eras, prendiendo a los pobres labradores que se atrevían a salir a recoger sus cosechas, como sucedió a 12 de las Parroquias de San Miguel y Magdalena, que habiendo salido al término de Las Fuentes fueron acometidos y cogidos prisioneros, y a los que les hicieron fuego los degollaron, que fueron Ambrosio y José Correas hermanos, llevándose las caballerías a las eras del Rey donde trillaban las mieses robadas.
La escasez de pan fue grande, y el alboroto de las gentes mayor, y para acallarlas salió un bando de la Junta de Abastos con las providencias más ejecutivas para el más abundante acopio de granos, y su venta más beneficiosa al público.
El Excelentísimo Señor Capitán General mudó su domicilio de su casa al Palacio Arzobispal para estar allí con más comodidad y poder tener dentro de él todas las oficinas, pues en la suya, aunque grande estaban esparcidas por todo el vecindario.
Jueves 28 de julio de 1808
Tampoco este día hicieron fuego los enemigos, pero sí muy grande daño en los campos y mieses, sin dejar salir a recoger las cosechas. Se pusieron unas baterías en el Convento del Sepulcro mirando al Ebro, en los muros que son del tiempo del Emperador Cesaraugusto.
Se mandó por la Junta de Abastos que hubiese pan abundante en las plazas del mercado, San Pablo, Santa Marta y Magdalena, con lo que se apaciguó todo el alboroto del día anterior, y se facilitaron tahonas dentro de la ciudad, con lo que se surtió el vecindario.
El Excelentísimo Señor Capitán General mudó su domicilio de su casa al Palacio Arzobispal para estar allí con más comodidad y poder tener dentro de él todas las oficinas, pues en la suya, aunque grande estaban esparcidas por todo el vecindario. Se arreglaron las oficinas y así Su Excelencia como sus hermanos salieron a revistar las puertas y demás puntos, habiendo dado orden de que todo oficial militar que no estuviese incorporado en alguno de los cuerpos del Ejército lo verificase dentro del 2º día, pena de quedarse sin destino.
Viernes 29 de julio de 1808
Los franceses estuvieron toda la mañana haciendo sus acostumbradas correrías por la dilatada huerta del arrabal, contra los cuales salió el Coronel Don Fernando Butrón con un Escuadrón de Cazadores de Fernando 7º de 50 plazas al mando de su Capitán Don Francisco Dafau, otro de igual número del cuerpo de reserva del General a las órdenes de su Capitán Don Manuel Juano y 30 Voluntarios de Aragón a la de Don Jerónimo Lasheras, sostenidos de una compañía de Suizos mandada por el Teniente Coronel Don Adriano Valguer y de 400 paisanos armados.
Se trabó un reñido combate hacia los molinos de las Almas y Pilar contra dos columnas bastante numerosas. Tras seis horas se pudo lograr hacerlos huir precipitadamente a Juslibol y más allá de Cogullada, hasta donde fueron perseguidos, abandonando algunos bagajes cargados de municiones de boca y guerra, fusiles, mochilas y algunos cajones sueltos de cartuchos.
En su vista, nuestro General hizo una exposición de la valentía con que los paisanos, animados del amor patriótico, habían acreditado en esta acción gloriosa el más decidido amor a su Patria y Religión, señalando este día por uno de los más dignos de anotarse en la historia de las glorias de esta Imperial Ciudad, que dará envidia a las más celebradas de la antigüedad.
Sábado 30 de julio de 1808
Toda la noche nos estuvieron haciendo fuego de todos los puntos. Noticiosos del choque del día anterior, retrocedieron todos los acampados por el camino de Barcelona y antes de las 5 de la mañana se presentaron contra nuestras avanzadas de la torres del Arzobispo y se trabó otra acción que también fue anunciada por la campana del reloj mayor y generala, en la que se les hizo mucho daño, aunque los nuestros padecieron muchísimo, porque los enemigos hicieron una defensa bárbara, pero a su pesar logró nuestra tropa igual derrota que la tarde antecedente, matándoles muchos y cogiéndoles bastantes prisioneros, caballerías, mochilas y equipajes. Nosotros tuvimos 8 muertos y algunos heridos, pero se les hizo huir hasta más allá del río Gállego, con cuyas dos acciones quedaron muy escarmentados y no solamente en esta parte sino también en las Puertas de Santa Engracia, Sancho y Portillo, donde todos estos días hubo acciones de valor.
Esta acción fue igualmente dirigida por el Coronel Don Fernando Butrón y se hallaron las mismas tropas que en la anterior; acometidos por 3 columnas que todas juntas los atacaron, habiendo sido la acción como a medio tiro de fusil, a cuya sazón se hallaban en las inmediaciones de la torre del Arzobispo, cuando llegando una compañía de refuerzo de Extremadura y la de los Paisanos, cargaron con tanto denuedo contra los enemigos que no estuvo dudosa la victoria un solo momento, mayormente luego que Don Jerónimo Piñeiro, Comandante de nuestra artillería volante rompió el fuego con un violento.
Consistió su pérdida en más de 100 muertos, muchos heridos, 5 prisioneros, 150 fusiles, y muchísimas mochilas, sables y otros efectos, dejando al enemigo lleno de temor y desengañado. Su Excelencia quedó completamente satisfecho de lo bien que se habían portado las tropas y valientes paisanos.
Estos días estuvo tan escasa la carne que sólo había hasta las 7 de la mañana, y por la tarde hasta las 4, e igualmente las verduras que apenas se vendían en el Mercado, ni en ninguna plaza.
Domingo 31 de julio de 1808
Toda la mañana desde muy temprano estuvieron los enemigos incomodándonos desde sus trincheras, pero igualmente los nuestros les hicieron mucho daño, no permitiéndoles aproximarse a la ciudad como repetidas veces lo intentaron. Antes del mediodía se vio bajar una gruesa columna por el camino de Barcelona, pero habiendo tocado el reloj mayor se alarmaron los nuestros inmediatamente y los enemigos se retiraron a los puntos de Pastriz y San Gregorio.
Los nuestros se trajeron del molino del Mosnillo, donde ellos habían estado, más de 40 talegas de harina, haciendo el acarreo con quietud, pero no así en las hortalizas, pues todos los campos los inutilizaron de manera que apenas se vio en las plazas, y la poca tan cara que no se podía comprar. Unido esto a la escasez de carne, hicieron sufrir unos días muy tristes, y la falta de huevos por no venir forasteros, hizo escasear los bizcochos para los enfermos, lo que también aumentó el desconsuelo de las gentes.
Nuestro General salió todos los días al campo a reconocer todos los puntos, y de su orden se empezaron a batir las tapias y torres del camino de Cogullada y del Arrabal. Los labradores se vieron precisados a entrar en la ciudad las mieses sin trillar, y dentro de sus casas deshacerlas con mazas y otros instrumentos para poder comer, por cuya causa se les siguió mucho daño y por lo tanto no pagaron los arriendos de campos ni casas, pues lo poco que cogieron lo necesitaban para su manutención. Lo mismo ocurría con los menestrales, pues todos los oficios pararon, a excepción de los que trabajaban en el vestuario y demás maniobras del Ejército, así de boca como de guerra, en que se trabajaba día y noche.
Estos acontecimientos tan poco vistos no alteraron el ánimo de nuestros ciudadanos, esperanzados en nuestra Madre Santísima del Pilar, a cuya Capilla acudía muchísima gente a la hora del Rosario a implorar su amparo.
Desde el 13 del pasado no hubo escuela para los chicos, enseñanza para las niñas, ni Audiencia, Curia Eclesiástica, ni ningún otro establecimiento.
Lunes 1 de agosto de 1808
A las 4 de la mañana empezaron los franceses a tirar granadas reales y algunas bombas desde las baterías de Torrero y la Bernardona, que causaron algún daño en las casas, pero ninguna desgracia personal, el que duró hasta las 7 habiendo tirado más de 50.
Al mismo tiempo bajaban en bastante número de Torrero hacia el Convento de San José. Aunque lo defendieron los nuestros muy bien desde el molino de aceite, no se pudo evitar que se introdujeran en sus ruinas, desde las cuales estuvieron todo el día haciendo fuego tan vivo que no dejaban tirar a nuestros artilleros, hiriendo a uno de ellos, y causando mucho daño, como igualmente en los campos del término de las Fuentes.
También nos incomodaron por el lado del Ebro, haciendo mucho perjuicio a los labradores en las hortalizas, quemando los trigos y cometiendo muchas extorsiones contra ellos. Este día fue tan grande la escasez de carne y de pan, que se quedó mucha gente sin comer uno ni otro, y la gritería era un clamor, pues la carne a las 8 de la mañana ya no se vendía y el pan a lanzadas, pues en cada sitio donde se daba lo custodiaban unos hombres con sus lanzas, y aun así costaba mucho trabajo el llegar a la reja por donde se suministraba.
1 Gazeta extraordinaria de Zaragoza del 1 de agosto de 1808.