RADIO BICENTENARIO
(Temporada 2008-2009)
Onda Cero Zaragoza, 5ª época, programa nº 14
Emitido el viernes 19 de diciembre de 2008
Interviene: Paco Escribano y José Antonio Alaya. Con la colaboración de Mariángel Pérez.
ZARAGOZA 2008: BICENTENARIO DE LOS SITIOS
CALENDARIO DE LA IGLESIA DEL PORTILLO
La parroquia del Portillo ha editado un calendario para el año 2009 con fotografías de la Capilla-mausoleo de las Heroínas.
Es un regalo que hace la parroquia a aquellas personas que dan un donativo de 10 € para la pintura del templo parroquial. Además de adecentar el templo, se va a poner un horario fijo para que se pueda visitar fácilmente la capilla-mausoleo de las Heroínas.
Todo interesado puede dar el donativo y recoger el calendario, los días laborables, en el despacho parroquial, de 9 a 13 horas, por la mañana y en la sacristía de 7 a 8´30 por la tarde.
EXPOSICIONES.
– En Toledo, España 1808-1810. De súbditos a ciudadanos.
– En Madrid, Ilustración y liberalismo, 1788-1814.
– En preparación, la de Zaragoza, se inaugura el 20 de febrero de 2009.
20 de diciembre, 10,30 horas.Mirador del Ebro (Pª Echegaray) | Ruta de Los Sitios: Puente de Piedra / Murallas / San Pablo / Fecetas / Portillo / Aljafería (Sergio Sánchez) | Junta Almozara / A.C. “Los Sitios de Zaragoza” | ENTRADA LIBRE. |
21 de diciembre,12,00 Pza. Canteras.12,30 Glorieta Sasera. | Acto de conmemoración del comienzo del Segundo Sitio de Zaragoza. | A.H-C. “Voluntarios de Aragón” / A.H-C. “Artilleros de Aragón” | ENTRADA LIBRE. |
22 de diciembre,19,30 horas.Arrabal. | Cabalgata de Navidad: «Defendiendo Zaragoza, de los Sitios al agua».Puente de Hierro / Avenida Puente Pilar / Camino del Vado / Paseo Longares / Avda Cataluña / Sobrarbe / Valle de Zuriza / Caminos del Norte / Mas de las Matas / San Juan de la Peña / SAICA. | A.V. “Tío Jorge-Arrabal” | ENTRADA LIBRE |
Puede encontrar la agenda actualizada de los actos de todo el año, no sólo con los ya confirmados, sino también con otros en diversas fases de organización y que incluso podrían no llegar a realizarse en:
Los Sitios de Zaragoza (1808-1809)
CRÓNICA DE ZARAGOZA, LUNES 19 DE DICIEMBRE DEL AÑO DEL SEÑOR DE 1808
Titulares:
– LOS FRANCESES AVANZAN POR TODA ESPAÑA.
– TRANQUILIDAD EN ZARAGOZA.
– PALAFOX LLAMA A LA RESISTENCIA FRENTE AL INVASOR.
LOS FRANCESES AVANZAN POR TODA ESPAÑA.
A lo largo de la última semana se han ido confirmando las malas noticias que llegaban en forma de rumores. Así, Napoleón Bonaparte se encuentra en Madrid, donde está dando una serie de decretos con los que pretende modernizar España, sin tener en cuenta que nadie le ha llamado a salvarnos y poco puede hablar de traer mayor bienestar cuando lo hace con las armas en la mano. Es más, sus ejércitos se expanden por el centro de la Península, persiguiendo a nuestras tropas, que valientemente les hacen frente por doquier.
También se confirma la capitulación de la plaza de Rosas, donde su guarnición quedó prisionera de guerra con todos los honores militares. A pesar de este funesto acaecimiento, será una verdad notoria que la defensa de esta plaza y castillo ocupará un lugar muy distinguido entre las glorias de nuestras armas. Ha sido un sitio el más empeñado por espacio de un mes, en que los enemigos incesantemente han estado arrojando bombas, granadas y balas[1]. Toda Cataluña está sobre las armas y son constantes los combates en torno a Barcelona y Gerona, así como a lo largo del camino de la costa.
TRANQUILIDAD EN ZARAGOZA.
La Gazeta de Madrid está informando de los movimientos de las fuerzas imperiales y ha llegado a afirmar que el 5º Cuerpo se encuentra en Logroño dirigiéndose hacia Zaragoza, y que en Tudela se están reuniendo los minadores y la artillería de sitio. También se jactan de que “para no perder gente inútilmente, no se hará uso sino de los morteros y las minas, si es que la obstinación de los habitantes forzare a recurrir a tal extremo contra una ciudad que ha padecido ya tanto”. Como si ellos no hubieran sufrido tanto más en nuestras calles…
Sin embargo, los últimos días han sido de tranquilidad en nuestra ciudad, sin combates ni noticias de los franceses, más allá que las de sus fechorías en pueblos de los alrededores de Zaragoza y las contribuciones que pretenden cobrar en las Cinco Villas y el entorno de Zuera. En Zaragoza han continuado los trabajos de fortificación y la organización y encuadramiento de unidades.
Nuestro compañero Paco Escribano nos pide una conexión urgente. Parece que está ocurriendo algo…
- Valero Ripol, vecino de San Pablo, nacido en 1786, vive en calle Las Armas 100, molendero de chocolate.
- El día 16 se presentó a Palafox, pidiéndole una Compañía de soldados para apoderarse de la guarnición del fuerte de Calatayud. Como era de esperar, negóse rotundamente el general a acceder a sus deseos; pero el resuelto joven, sin desistir por esto de lo que parecía una locura, reunió a 30 vecinos de su barrio y con ellos tomó la dirección de Calatayud, no tardaron tampoco en abandonarlo al saber su descabellado proyecto. Sólo quedó con él un amigo suyo llamado Gil, que trató de disuadirle; mas no habiendo podido conseguirlo, siguió con él hasta Calatayud, a cuyas inmediaciones llegaron antes de amanecer.
- Sin pérdida de tiempo se dirigió como parlamentario al jefe de la tropa enemiga que estaban allí de guarnición, y a fuerza de astucia, amedrentando a los imperiales con que en San Ramón (ermita próxima a Calatayud) había 3.000 guerrilleros dispuestos a lanzarse sobre ellos sin dar cuartel si antes de media hora no se rendían, convinieron en hacerlo y entregaron las armas, coincidiendo dicho hecho con la llegada de algunos paisanos armados que Gil había reunido en la población para ver de salvar a su amigo, sirviéndose de las cuerdas que traían con el objeto de escalar el fuerte para atar a los prisioneros.
- Estos, en número de 110, fueron llevados a Zaragoza con sus armas y efectos y una bandera, entrando en la ciudad el día 19 por la tarde.
- Palafox le confirió inmediatamente el empleo de Teniente y le invitó a comer a su mesa.
PALAFOX LLAMA A LA RESISTENCIA FRENTE AL INVASOR.
A fin de asegurar el orden público y la ejecución de las leyes, el Capitán General Palafox ha nombrado por Juez de Policía al oidor don Santiago Piñuela, a quien estarán sujetas las personas de cualquier sexo y condición, edad y calidad, y de cualquier fuero, incluso el militar. El correspondiente bando comienza con un preámbulo digno de mención. En él, Palafox nos recuerda que “a los grandes motivos de conveniencia que tenía Bonaparte de apoderarse de esta ciudad se añadieron los de sus deseos de desahogar su cólera exaltada por la humillación que aquí han sufrido sus Águilas Imperiales. Nada ha omitido para romper la línea y aunque el combate de Tudela ha costado mucha sangre a los franceses y aumentado el honor de nuestras armas, la superioridad de fuerzas enemigas, especialmente de su caballería, les ha proporcionado penetrar hasta estas inmediaciones”.
Continúa sus palabras con el aviso de que “ahora se nos preparan nuevos medios de aumentar nuestra fidelidad y nuestra gloria. Tendremos que chocar con un Ejército poderoso por sus fuerzas, por su ferocidad, por su desesperación, y aún más por sus intrigas y seducciones; pero venceremos con el auxilio de Dios y de su Madre Santísima, que visiblemente nos protegen; con la justicia misma de la causa que defendemos y con los medios que se han proporcionado. Dentro de esta ciudad bien fortificada tenemos un Ejército de tropas verdaderamente valientes, a quienes su honradez y fidelidad dará un impulso irresistible. El generoso vecindario compone otro Ejército igualmente respetable por su heroica constancia y por su firme resolución de conservar en el Trono a nuestro Augusto Soberano FERNANDO VII”.
Parece que se avecina el ataque francés. Esperemos que Zaragoza gane la gloria y la victoria, como ya ocurriera en el verano y como se recuerda en coplillas por toda España…
Los triunfos de la España Disco “Adónde vas Fernando incauto, canciones patrióticas de la Guerra de la Independencia”,de Lux Bella (CodaOUT, 2008). Los triunfos de la España con himnos celebrad y métricas cadencias a todos oíd cantar.Napoleón altivo tu orgullo ha de acabar, pues tus iniquidades no puedes ocultar.Los triunfos de la España… En Aragón Lefebvre pretendió, vil audaz, robar el Santuario no lo pudo lograr, pues Palafox valiente, insigne General los derrotó a la vista de aquel Santo Pilar. Los triunfos de la España…En Cádiz una escuadra la vimos entregar a Morla y Apodaca rendida a tierra y mar. Rossilly que era el jefe le llena de pesar ver sobre su bandera la nuestra tremolar.Los triunfos de la España… …a todos oíd cantar. |
FUENTES:
– ALCAIDE IBIECA, A. Historia de los dos sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809 las tropas de Napoleón.
– CASAMAYOR, F. Años políticos e históricos de las cosas sucedidas en Zaragoza (1808), Comuniter, 2008.
– CASAMAYOR, F. Diario de Los Sitios. Comuniter, 2000.
– GUIRAO, R. Zaragoza, Diario de entre Sitios (13 de agosto – 21 de diciembre de 1808). XVIII Premio “Los Sitios de Zaragoza”. Comuniter, 2004.
– LAFOZ, H. (ed.) Manifiestos y bandos de la Guerra de la Independencia en Aragón I. Los Sitios de Zaragoza. Comuniter, 2005.
– Gazeta de Zaragoza de los días 13 y 17 de diciembre de 1808.
– Gazeta de Madrid entre los días 11 y 16 de diciembre de 1808.
– La historia de Valero Ripol está documentada en el Archivo Palafox y su correspondiente hoja de servicios, en el Archivo General Militar de Segovia.
Diario de Los Sitios. Basado en el Diario de Faustino Casamayor.
Jueves 15 de diciembre de 1808
Nuestras avanzadas cogieron algunos prisioneros, entre ellos un teniente coronel prusiano al que condujeron al castillo. Dada la proximidad de los franceses y la inminencia de su llegada se mandó ir por barrios para mandar a todo el vecindario a trabajar en las baterías, con lo que se logró adelantarlas bastante.
Todos los superiores religiosos responden gustosos a la invitación hecha por Palafox para prestar asistencia espiritual a los hospitalizados, y son puestos en libertad por orden de Palafox los cirujanos Sévil y López, detenidos el día anterior acusados de no pasar visita a los enfermos del Hospital. Palafox justifica su inasistencia por el excesivo trabajo que tienen, ya que Sévil es cirujano del castillo y López del Real Cuerpo de Artillería, además de tener que trabajar ambos en el Hospital de la Misericordia y en otros centros asistenciales.
Viernes 16 de diciembre de 1808
Se recibieron noticias de que los enemigos se iban alejando de los pueblos inmediatos a Zaragoza, dejándolos en muy mal estado. Se trajeron varios prisioneros de los dispersos de Alagón y pueblos inmediatos.
Este día murió el Marques de Ugarte, vecino de Tudela de sesenta años de edad, que prendió y trajo al Conde de Fuentes. Se le hizo un entierro en el Pilar con todos los honores militares, al que asistió el 2º batallón de Valencia con bandera
Pese a los esfuerzos por cuidar la salud pública, la estación, las deficiencias higiénicas y la mala alimentación empiezan a afectar a las tropas valencianas y murcianas que no habían previsto vestuario de invierno. Palafox ordena que todos los médicos y cirujanos de la ciudad concurran a visitar a los enfermos del Hospital todos los días y para tratar con detenimiento el modo de dar mejor asistencia a esos enfermos, dispone el capitán general que mantengan una reunión con la Junta de Sitiada los diecinueve médicos colegiales por la mañana y los doce cirujanos colegiados por la tarde. En esas reuniones, celebradas en la Real Casa de Misericordia, los médicos y cirujanos aceptan de inmediato lo ordenado por Palafox y se ofrecen a curar y asistir a los enfermos militares según exija la necesidad de los mismos.
Sábado 17 de diciembre de 1808
Llegan noticias de que al mariscal francés Moncey, se han unido las fuerzas de Mortier y las de Lacoste y que a su paso por los pueblos cercanos a la capital como Alagón, La Muela y otros, dejan tan deterioradas las casas que los vecinos no pueden volver a vivir en ellas, inutilizado además totalmente las huertas, campos y otras posesiones.
Se prosiguieron con mayor ardor las baterías y fortificaciones.
Se publicó el bando de policía al estilo militar, en el que a nombre de Su Majestad nombró Su Excelencia por Juez de policía al Oidor Don Santiago Piñuela, a quien estarán sujetas las personas de cualquier sexo y condición, edad y calidad, y de cualquier fuero, incluso el militar, siendo sus competencias velar en la ejecución de las leyes, autos acordados, bandos y decretos; corregir a los contraventores, multándolos e imponiéndoles las penas correspondientes (aunque las de pena de muerte debían ser previamente aprobadas por el capitán general); detener a los sospechosos de infidencia, adhesión a los franceses y conspiradores; a los vagos, ociosos, rateros y ladrones; evitar riñas, juegos prohibidos, escándalos y otros excesos; vigilar por la salubridad y suficiencia en los abastos, por su justo precio y por la fidelidad de sus pesos y medidas; celar por la salud pública, limpieza de calles y puertas.
Domingo 18 de diciembre de 1808
Llegó un correo francés cogido en Navarra, por unos paisanos de aquel país, el que fue presentado a nuestro General. Llevaba cartas para el Emperador y su hermano José, dirigidas de París para Valladolid; además se le ocuparon varias cartas y planes muy individuales de toda España, y particularmente de Zaragoza, con expresión de los nombres de las casas y sujetos, sus circunstancias, adhesiones, y parentescos.
Se cogieron seis franceses de los que de este Castillo se habían llevado a Alcañiz, de donde se habían fugado, y al mismo tiempo se apresaron algunos franceses por nuestras avanzadas del camino de Alagón. Se supo también que los franceses habían vuelto a ocupar el pueblo de Alagón, donde colocaban su artillería, e igualmente habían pedido raciones al pueblo de San Mateo para los que estaban en las Cinco Villas.
Lunes 19 de diciembre de 1808
Se tuvo noticia por varios sujetos venidos de Epila que los franceses habían replegado toda su tropa en Alagón, con ánimo de venir a Zaragoza, con cuyo aviso se dio orden que saliese tropa a observar los movimientos, como así se verificó. Sabiendo de positivo iban a ocupar los pueblos más inmediatos, redoblando las guardias y avanzadas nuestras, mandó que toda la tropa estuviese sobre las armas para la menor novedad, atrincherarse en las baterías y fuertes; pero no se acercaron ni con mucho a nuestras inmediaciones.
Por la tarde Valero Ripol, vecino de esta ciudad y comerciante de chocolate, presentó a Su Excelencia 96 franceses, una francesa y un cirujano, a los que con 30 hombres del vecindario de esta ciudad había hecho prisioneros en Calatayud. En digna recompensa le confirió inmediatamente el empleo de Teniente, poniéndole Su Excelencia la charretera por su mano, y haciéndolo comer a su mesa por tan digna acción.
Aquella misma tarde recibió Su Excelencia aviso de Zuera de haber pedido los franceses 5.000 raciones para su Ejército de Tauste y Castejón de Valdejasa, y se dio orden de enviar allá un competente número de tropas, teniendo esta noche el mayor cuidado las avanzadas.
Martes 20 de diciembre de 1808
Muy por la mañana se supo que los enemigos habían llegado a las inmediaciones de Santa Bárbara y que intentaban pasar a Torrero para ocupar aquellas alturas, con cuya novedad se mandó alarmar las tropas y que salieran a defender dichos puntos. Antes del medio día ya iban los enemigos formados en dos columnas de Infantería y una de Caballería pasando por dichos parajes, encaminándose hacia la Casa blanca; juzgando el Comandante que la custodiaba, que la defensa que tenía en ella de cuatro cañones en el mismo puente del camino de Madrid no era suficiente para tanta gente enemiga como a ella venía, la desamparó sin hacer fuego, clavando antes los cañones, la que inmediatamente ocuparon los enemigos.
Aquella noche todo fue dar providencias en esta Ciudad, mandado que todas las Comunidades fueran a hacer cartuchos; se dio igualmente orden para que todos los vecinos se armasen, y se sacaron todos los cañones a las baterías, colocándose también en las puertas y parajes que pareció mas conveniente.
Miércoles 21 de diciembre de 1808
Fue uno de los más grandes que ha tenido nuestro Ejército, y en que más humilló el orgullo francés.
Los enemigos lograron tomar las alturas de Torrero a pesar del fuego que les hicieron los nuestros desde las baterías y casas. Habiendo visto el general Saint-Marc que habían echado algunas granadas y cebado el repuesto de pólvora de la batería que se estaba construyendo en las alturas de Buena vista, y que su estrago había causado la muerte de los artilleros, por cuya causa la habían abandonado, mandó que la tropa desamparase dichos puntos, haciendo bajar los dos cañones que había en dicha batería y volar el puente de América, lo que se ejecutó inmediatamente con el mayor orden. Quedaron los enemigos dueños del Torrero y todas sus inmediaciones, subiendo a él todos los que estaban en el camino de Madrid, y replegándose por el barranco de la muerte hasta el camino de la Cartuja baja, todo lo cual se verificó antes de las 10 de la mañana.
Al mismo tiempo se dejaron ver por el lado opuesto más de 10.000 franceses, los cuales, habiendo llegado a las inmediaciones de las baterías del Arrabal, acometieron con tanta furia contra ellas, tirándose con fusiles a la espalda y bayoneta en mano, que lograron matar bastante gente y ponerlos en el mayor cuidado; mas habiendo dado cuenta a Su Excelencia mandó inmediatamente tocar generala, saliendo a dicho sitio con toda la tropa, y dando las más eficaces órdenes, entre otras la de hacer arcabucear a un Soldado por no querer obedecer las órdenes de un Jefe, y afrentar la caballería que iba a volver la espalda al enemigo. Con estas providencias, el ánimo que tomaron las tropas con la presencia del General y el buen éxito de nuestra artillería se logró una derrota la mayor que se ha hecho en esta guerra, pues la artillería, tropas y paisanos se portaron con tanto valor que se llegaron a ver según se calculaba en el campo más de 4.500 entre muertos y heridos, obligándolos a huir vergonzosamente hacia los olivares de Cascajo y Pasaderas. La acción duró desde las 11 hasta la noche.
Se perdieron muchos valerosos oficiales y soldados, pero se logró una victoria completa, atendiendo al denuedo con que acometieron, y en tanto número. Las Guardias Españolas y Walonas llegaron a clavarles tres cañones, los que no pudieron arrastrar por no haberles asistido la caballería, que en lugar de embestir se dispersó. Entre los oficiales muertos lo fueron los dos Comandantes de Artillería, a los que remplazó el Coronel Don Manuel Velasco, el que hizo una matanza sin igual, por cuyo servicio le graduó Su Excelencia de Brigadier. Hubo así mismo algunas desgracias con motivo de las apreturas de la gente y fuego de los enemigos en el puente de piedra. Los heridos fueron traídos a la Casa de la Ciudad donde los curaron, y de allí los trasladaron al hospital de Misericordia, los que pasaban de 120. Su Excelencia mandó seguirles la retirada, la que hicieron muy desordenada, por los muchos cadáveres que impedían el paso.
El General ordenó se le diese a la tropa doble refresco de pan, vino, queso y aguardiente, dando las gracias a la tropa y paisanos. Restituido a su Palacio dio las ordenes más oportunas para el sosiego del público, que se iluminase la Ciudad, y que todo vecino se armase para ofender al enemigo, regresando la tropa a sus cuarteles y quedando todo en la mayor quietud.
Desde este día quedó Zaragoza enteramente sitiada.
13 DIC 08
Palafox ordena que los forasteros salgan de la ciudad en un plazo de 24 horas.
Gazeta de Zaragoza, 17 y 20 DIC 08.
Zaragoza, tanto más feliz cuantos más enemigos tiene, no debe abrigar en su seno a los traidores encubiertos que tratan de inquietarla: sobran solos sus hijos y su ejército aquí reunido para libertarla y hacerla vencedora de los bandidos que la amenazan; los que en vano intentarán sitiarla, pues las fuerzas reunidas con todo estudio, reservadas para dar golpes seguros, y no falsos, no lo permitirán; ni sus fuertes trincheras y cañones dejarán arrimarse a los que con tanta ignominia huyeron de ellos, talando y destrozando los campos y lugares de toda España, llevándose el fruto de los que de estas inmediaciones hubieran salvado si, como era regular, hubieran prestado estos efectos cuando esta ciudad augusta los ha pedido para hacer grandes acopios que ahora con menos proporción va almacenando. No ha permitido Dios, que cuida de nosotros, que a este error se siguiese el de la pérdida de nuestras tropas, que tanto ha procurado el enemigo alejar de nuestra defensa y del ejército que el Cielo parece ha destinado para concluir la grande obra de la nación.
Zaragozanos: quien os habla es vuestro general. La vil intriga trata de ofuscaros, y vosotros mismos abrigáis sin conocerlos en vuestros hogares a los inicuos agentes del mismo Emperador que robó a nuestro amado Monarca. Es preciso que Yo vele sobre vosotros. Sí, es preciso preservaros de los riesgos en que intentan envolvernos. Ningún hijo de esta digna ciudad puede abrigar un pensamiento malo, ni contra el rey, ni contra la patria; pero con capa de tales, con disfraces de lealtad, y aun con la misma ropa que vestís se han introducido, burlando mi vigilancia, los que intentan turbar nuestra paz e inalterable armonía; y ellos son los que dice Napoleón medios para vencer. Nuestros enemigos decantan que triunfarán sin gastar su munición; pero Yo les juro que gastarán hasta sus vidas, y aun la sombra de ellas, antes que vencernos. Tenéis valor, Yo también le tengo, y con vosotros, dignos habitantes de esta Ciudad, Metrópoli del Universo en el valor, rendiré segunda vez no sólo las armas francesas a vuestros pies, sino las opiniones de los que maquinan nuestra ruina.
No temáis, zaragozanos: el Dios de las batallas está con nosotros: nuestra santísima madre del PILAR nos ampara; y nuestro rey y nuestra patria son nuestros deberes. Seguid con valor, y acabad de acreditaros, que Yo no dormiré hasta veros completamente felices. Celad sobre esa semilla que siembran nuestros enemigos para engañarnos. Para vuestra seguridad, en nombre de nuestro rey FERNANDO VII, a quien defiendo.
MANDO: Que todos los que se llaman forasteros, y los que estos nuevos apuros de la ciudad han reunido, salgan de ella en el término de veinte y cuatro horas; para lo que autorizo a los alcaldes de barrio que reconozcan con toda prolijidad los que se ocultan en las casas; siendo considerados desde luego como sospechosos y enemigos de la seguridad pública todos aquellos que no presentaren certificado de su permanencia, si después de este término se les encontrase dentro de la ciudad y sus reductos, debiendo por tanto usarse con ellos de todas las precauciones necesarias en las críticas circunstancias en que nos vemos.
Los valientes soldados de este ejército cuando vayan nuevamente a cubrirse de gloria, llevarán en su semblante el terror al enemigo, y con solo su presencia temblarán las águilas imperiales, y Yo, depositario de vuestra confianza, jamás faltaré a ella.
Cuartel general de Zaragoza, 13 de diciembre de 1808. = Palafox
14 DIC 08
Palafox nombra Juez de Policía a D. Santiago Piñuela, oidor de la Real Audiencia.
Gazeta de Zaragoza, 20DIC08.
DON FERNANDO POR LA GRACIA DE DIOS REY DE CASTILLA, & c.
Y EN SU REAL NOMBRE DON JOSEF REBOLLEDO DE PALAFOX Y MELCI, & c.
El porfiado empeño que ha formado la Nación francesa en usurpar el Trono de esta Augusta Monarquía, reduciendo a esclavitud a nuestro deseado Soberano y la imposibilidad que aquella reconoce de apoderarse por la fuerza de una Nación que parecía estar aletargada, pero que de repente ha desplegado toda su energía y valor, son la causa de que Napoleón, sus secuaces y todos los cooperadores de su bárbaro proyecto, el más injusto que se ha visto, apuren todos los recursos de la seducción, de la intriga y de las extraordinarias maniobras con que había logrado anteriormente trastornar casi todos los Tronos de Europa. Zaragoza era el primer pueblo destinado por su soberbia para centro de la iniquidad, y por eso fue el primero a quien acometieron sus Ejércitos con el tesón que es notorio, hasta que la admirable conducta de los Zaragozanos, su heroico valor y la gloriosa firme resolución de no permitir jamás en Zaragoza la dominación francesa les obligó a levantar el Sitio y huir precipitadamente.
A los grandes motivos de conveniencia que tenía Bonaparte de apoderarse de esta ciudad se añadieron los de sus deseos de desahogar su cólera exaltada por la humillación que aquí han sufrido sus Águilas Imperiales. Para ello ha hecho un viaje al Norte con el objeto de recoger las tropas más aguerridas que pudiese para combatir de nuevo a esta Capital. Nada ha omitido para romper la línea y aunque el combate de Tudela ha costado mucha sangre a los franceses y aumentado el honor de nuestras armas, la superioridad de fuerzas enemigas, especialmente de su caballería, les ha proporcionado penetrar hasta estas inmediaciones. Ahora se nos preparan nuevos medios de aumentar nuestra fidelidad y nuestra gloria. Tendremos que chocar con un Ejército poderoso por sus fuerzas, por su ferocidad, por su desesperación, y aún más por sus intrigas y seducciones; pero venceremos con el auxilio de Dios y de su Madre Santísima, que visiblemente nos protegen; con la justicia misma de la causa que defendemos y con los medios que se han proporcionado. Dentro de esta ciudad bien fortificada tenemos un Ejército de tropas verdaderamente valientes, a quienes su honradez y fidelidad dará un impulso irresistible. El generoso vecindario compone otro Ejército igualmente respetable por su heroica constancia y por su firme resolución de conservar en el Trono a nuestro Augusto Soberano FERNANDO VII.
Sólo necesitamos que la reunión de tantos y tan valientes Españoles no impida atender a su mantenimiento, a Su abrigo, a Su salud. Que vivamos cordialmente unidos para defendernos y exterminar al enemigo común que intenta oprimirnos. Que se respeten las propiedades, reine el buen orden, la paz, y el sosiego interior, y finalmente que se enfoque en su origen hasta el más mínimo principio de adhesión a esa desgraciada Nación, que ha cargado sobre sí con la execración de todo el universo.
Para precaver todos estos inconvenientes, y con presencia de las actuales imperiosas circunstancias, en nombre de S.M. el Sr. D. FERNANDO VII, he elegido, y por el presente elijo en juez de Policía para esta Capital, su rastro y jurisdicción a D. Santiago Piñuela, Oidor de esta Real Audiencia, persona de autoridad, celo, experiencia y rectitud para que cuide y vele particularmente en la ejecución de las Leyes, autos acordados, bandos y decretos publicados hasta de presente, y que se publicaren en adelante para el mejor régimen, tranquilidad, y defensa de esta Ciudad, y que en general miren a la Policía material y formal, corrigiendo a los contraventores, multándolos y aplicándolos a los destinos señalados en las Leyes, e imponiéndoles las penas que prescriben las mismas hasta la de muerte en su sentencia, procediendo en todos los demás casos breve, sumaria y militarmente, como exigen las críticas circunstancias de la Patria.
El Juez de Policía vigilará singularmente en el descubrimiento, arresto, y castigo de todos aquellos que sean sospechosos de infidencia, adhesión a los franceses, poco amor a la Patria, indiferencia por su defensa, y que por cualquiera término conspiren directa o indirectamente a turbar el buen orden e impedir la defensa de la Patria, como también de los que profieran voces de desconfianza contra los jefes del Pueblo, o del Ejército, pongan pasquines, desanimen, causen alborotos o turbación.
Procurará igualmente remediar e impedir riñas, juegos prohibidos, escándalos y todos aquellos excesos reprobados por las Leyes, y que tanto daño causan al Reino, especialmente en tiempo de pública calamidad.
Providenciará por sí cuanto conduzca a la salubridad y abundancia de los abastos, al arreglo de sus precios, fidelidad en las pesas y medidas, y finalmente a precaver todos los abusos que la malicia del hombre suele usar en las provisiones de comestibles y vestuarios de los Ejércitos.
Acordará las providencias convenientes para la salud pública, desembarazo y limpieza de calles y puertas, que nadie ande corriendo, ni dé ocasión a ninguna de aquellas desgracias que son tan comunes en la reunión de muchas gentes, evitando además las que se ocasionan por los edificios ruinosos, hundimientos de calles y por cualquiera otro término.
Procurará extinguir a los vagos, ociosos, mal entretenidos, rateros, ladrones, y toda la gente de mal vivir, persiguiéndola con el rigor propio de su carácter, y que exige el bien de la Patria.
El mismo Juez de Policía me consultará todos aquellos casos y cosas no comprendidas en esta Instrucción a que crea que deba extender su conocimiento y vigilancia, según manifestare la experiencia que conviene.
Teniendo tanta relación esta honrosa comisión con el instituto del Tribunal de Seguridad pública, elijo y nombro por Individuo de él al propio Don Santiago Piñuela, además de los Ministros anteriormente nombrados y que tan dignamente desempeñan sus funciones.
Declaro igualmente que el Real Acuerdo, Sala del Crimen, jueces de Cuartel, Comisión Militar, Tribunal de Seguridad, Junta de Sanidad, Ayuntamiento, Junta del Pósito, Corregidor, alcaldes mayores y de Barrio y todos aquellos en general a quienes incumbe cuidar de la Policía de Zaragoza y su rastro en lo material y formal de su buen gobierno y sanidad, han de continuar como hasta de aquí acumulativa sin impedir al referido Juez de Policía que ejerza iguales facultades, y tome conocimiento de lo que ocurra; a cuyo fin le informarán por escrito los Jueces superiores, si alguna cosa les preguntare, y concurrirán a sus llamamientos los Alcaldes de Barrio y demás Subalternos, entre quienes elegiré para su continua asistencia a los Escribanos, Alguaciles, y Porteros de su satisfacción; teniendo además el auxilio militar que necesitare.
Asimismo declaro que el referido Juez de Policía y a sus providencias han de estar sujetas todas las personas de cualquiera edad, sexo, calidad y condición, y de cualquiera fuero, incluso el Militar, a cuyo fin, y para que en todo sea conocido, respetado y obedecido, mando que además de sus insignias use la de una Banda de color blanco, pendiente del hombro derecho al lado izquierdo, y que además se imprima esta Instrucción y se comunique a los Tribunales, Jefes y personas arriba insinuadas, como también a los Jefes militares para que se disponga que se haga saber a todas las tropas de su mando para su puntual cumplimiento, y además se eleve este nombramiento e Instrucción a la Superior noticia de la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, y del Real y Supremo Consejo de Castilla.
Y para que todo tenga el debido cumplimiento, he acordado en nombre de nuestro Augusto Soberano el Sr. D. FERNANDO VII, expedir la presente que sirva de titulo de tal Juez de Policía de Zaragoza, su rastro y jurisdicción al referido Don Santiago Piñuela, y que se imprima y comunique en la forma arriba insinuada para su puntual observancia y cumplimiento y que nadie pueda alegar ignorancia, pues así conviene al mejor servicio de Dios y del Rey la defensa de esta Capital, y a la justa causa que la Nación defiende tan gloriosamente.
Cuartel general de Zaragoza 14 de Diciembre de 1808. = Josef de Palafox y Melci.
[1]Gazeta de Zaragoza del sábado 17 de diciembre de1808, p. 967.