ASOCIACIÓN CULTURAL LOS SITIOS DE ZARAGOZA

«La Guerra de la Independencia Española: una visión militar»

Del 31 de marzo al 4 de abril de 2008

Puede escuchar la grabación de la entrevista a Antonio Moliner y Ciechanowski en Onda Cero el día 3 de abril AQUÍ

31 de marzo.

El General Alonso Baquer inaugura en la
AGM el VI Congreso de Historia Militar

Los ponentes han reflexionado hoy sobre las distintas dimensiones de la Guerra de la Independencia Española y el hito que supuso en el nacimiento de la historia contemporánea.

l VI Congreso de Historia Militar se ha inaugurado hoy con los primeros debates y reflexiones sobre el tema central de este Congreso: “La Guerra de la Independencia Española: una visión militar”. Alrededor de 130 alumnos participan en este foro de debate científico, organizado por la Academia General Militar y la Universidad de Zaragoza, que se prolongará hasta el próximo viernes 4 de abril. El General D. Juan Pinto Sánchez-Mayoral, Comandante Militar de Zaragoza y Teruel, ha presidido el acto inaugural, al que han asistido, entre otras autoridades, el Rector de la Universidad de Zaragoza, D. Felipe Pétriz, y el Director de la Academia General Militar, General D. Juan Antonio Álvarez Jiménez.

La conferencia inaugural la ha pronunciado el General de Brigada y asesor histórico del Instituto Español de Estudios Estratégicos, D. Miguel Alonso Baquer, quien ha disertado sobre “Las operaciones en la Guerra de la Independencia”. Con esta ponencia ha pretendido interpretar el sentido de las operaciones militares que desarrollaron distintos Ejércitos en España entre 1808 y 1813, ya que, a su juicio, “la historia siempre hay que rehacerla porque la perspectiva de nuestro tiempo nos hace ver con ojos distintos toda la documentación existente y los datos que se han venido manejando”.

El General Alonso Baquer ha destacado que la Guerra de la Independencia “afectó simultáneamente a la España rural, a la urbana, a la cortesana y a las organizaciones armadas, ya fuesen de carácter miliciano o regular”. “Cuando una nación se enfrenta a una situación tan dramática como la que vivió España en aquellos años –ha proseguido– lo que se alcanza es una suma de esfuerzos: de las Unidades regulares, para llevar bien las operaciones; de las bases populares y ciudadanas, para defender las ciudades amenazadas; y en el medio rural ese esfuerzo lo pudieron hacer hombres intuitivamente valiosos como fueron los guerrilleros”. En este sentido, ha concluido el General D. Miguel Alonso Baquer, “la Guerra de la Independencia es el resultado de todos los aciertos y el descuento de todos los errores de estos tres tipos de movimientos; con uno solo de estos movimientos no se hubiera llegado a ninguna parte”.

Desde el punto de vista de la moral del pueblo español, el ponente ha destacado la evidente inyección que este conflicto supuso en el crecimiento del sentimiento patriótico. “A la salida de la Guerra de la Independencia, los españoles tienen más en carne viva su sentimiento patriótico, algo que se refleja en toda la literatura del siglo XIX; los españoles superaron con dignidad y con un inmenso sacrificio esta guerra, pero en términos políticos es más grave el deterioro que la construcción que se produjo, ya que España quedó muy destrozada”.

El General Alonso Baquer también se ha referido a los Sitios que se produjeron en una docena de ciudades, entre los que los dos de Zaragoza “fueron de los más importantes”. A su juicio, estos Sitios tuvieron una gran importancia, ya que supusieron que “una parte notable de la población civil se adhirió al propósito político de no dejar a José Bonaparte como Rey intruso de España, y Zaragoza en este sentido es una ciudad ejemplar”. También ha asegurado que “asedios de estas características son motivo de aprendizaje; siempre hay que ver cómo reacciona la población civil, cuidar su moral de combate, si hay enfermedades, o la conexión entre población civil y Fuerzas Armadas; eso es lo que se aprende de todas las ciudades que han sido asediadas a lo largo de la historia”.

Otras intervenciones

Por otra parte, el profesor de Hª Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Pedro Rújula, ha hablado en su intervención sobre “El pueblo en armas y los orígenes de la Guerra de la Independencia”. En concreto, ha centrado el foco de su intervención en el origen de la guerra, “en cómo es posible pasar de un momento de inactividad a una cierta movilización y en el caso concreto de esta guerra, al hecho de que la participación popular se convierte en un desencadenante importante a la hora de consolidar el espacio bélico”. Su idea ha partido del análisis de las explicaciones tradicionales que presuponen que se trató de un levantamiento espontáneo, sin preparación, y en poner en cuestión esa espontaneidad. A su juicio, “hubo una preparación, un control sobre los discursos de los medios oficiales, en este momento ya partidarios de Fernando VII, que analizaban todo lo que estaba sucediendo en clave favorable a los intereses de este Rey”. En ese contexto, ha proseguido el profesor Pedro Rújala, “Fernando VII lo que necesitaba era un levantamiento nacional a favor de su propia monarquía”

En su intervención también ha asegurado que al referirse a la Guerra de la Independencia Española no se suele hablar de otras dimensiones del conflicto, al margen de su dimensión de guerra nacional. “Se han olvidado las dimensiones de guerra internacional, de guerra civil y de guerra religiosa; de alguna manera, hemos construido una mesa coja, apoyada por una sola pata, que es la dimensión de guerra nacional, y hemos prescindido del resto, por lo que mientras no reincorporemos esos tres vectores que han sido infravalorados no nos haremos una idea de su complejidad”.

A su juicio, además, la Guerra de la Independencia Española “supuso el momento fundacional de la nación contemporánea, ya que está la propuesta continuista basada en Fernando VII y en la monarquía de Antiguo Régimen, pero también están las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, que va a ser el proyecto liberal del XIX”. Sin un hito tan traumático como el que supuso esta guerra, ha concluido el profesor Rújula, “no se hubiera podido producir ese tránsito tan eficaz entre una monarquía de Antiguo Régimen y la experiencia liberal del XIX. Lo que ocurre en España entre 1808 y 1814, lo que significan las Cortes de Cádiz, es una pirueta en el vacío; si a un español en 1808 le hubiesen comentado lo que se iba a discutir en esas Cortes de Cádiz dos años más tarde hubiera pensado que se estaba hablando de un mundo ideal, inexistente, pero que fue posible abordar en esa España ocupada por los franceses”.

Por su parte, el profesor de Hª Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Ignacio Peiró, ha hablado sobre “Cien años de tradición y cincuenta de historia: La Guerra de la Independencia en la Historiografía Española”. En su intervención ha destacado que “no es suficientemente conocida la complejidad de este conflicto, y este tipo de congresos tienen que servir para desarrollar estudios, que salgan del reducto de la historia político-militar y se integren en otro tipo de estudios culturales y sociológicos”.

A su juicio, la Guerra de la Independencia Española, como hecho histórico, “es fundamental, ya que supone el nacimiento de la historia contemporánea en este país, el fin de una época que es la edad moderna y el nacimiento de la contemporánea con todos sus problemas y complejidades”. En su intervención ha hecho especial hincapié en el hecho de que “es fundamental el conocimiento de la historiografía, el darnos cuenta de que la historia tiene distintas interpretaciones, lo que no quiere decir que unas sean mejores o peores. El historiador trabaja con teorías, con conceptos y de ahí resulta la interpretación. Interpretaciones diversas pueden compaginarse perfectamente y, luego, distintas generaciones reinterpretar y revisar”, ha concluido.

Finalmente, el Comandante Pedro Sánchez Herráez, profesor de Historia Militar, ha hablado sobre “La Revolución Francesa y la ruptura del modelo dieciochesco de la guerra”.


1 de abril.

El VI Congreso de Hª Militar reivindica la figura
de los héroes de la Guerra de la Independencia

El Director del Museo Militar de La Coruña destaca que “Zaragoza es de las pocas ciudades españolas en las que esos héroes siguen vivos”.

El VI Congreso de Historia Militar ha dedicado la segunda jornada a analizar el papel de los Ejércitos enfrentados en la Guerra de la Independencia Española. Las características del Ejército Español las ha detallado el Coronel D. José Navas Ramírez, Director del Museo Militar de La Coruña, quien ha destacado el número de sus efectivos y su protagonismo durante la guerra. “El Ejército Español tenía alrededor de 600 generales y podemos hablar de 138.000 hombres que, además, actuaron solos en 15 de las principales batallas que se produjeron”. En este sentido, ha destacado que “en la mayoría de las acciones de guerra los soldados españoles tuvieron que combatir solos, algo que no es muy conocido”.

De este olvido, precisamente, se ha quejado amargamente el Director del Museo de La Coruña: “Tenemos miles de héroes españoles en esta contienda y no hemos sido capaces de honrar su memoria”, ha asegurado. Sin embargo, en esta misma intervención sí ha destacado que “Zaragoza es de las pocas ciudades españolas en las que esos héroes, afortunadamente, siguen vivos”. En este sentido, ha hecho hincapié en la importancia que tiene la educación, “para que muchos de los valores positivos de nuestra historia se transmitan, y los conozcan y aprecien los más pequeños”.

El Coronel Navas Ramírez también ha destacado que en esta guerra los españoles pusieron de manifiesto en todo momento su voluntad de vencer “ante una Europa humillada y vencida”, y fue esa perseverancia “la que propició la victoria final, ya que los británicos solos no hubiesen conseguido jamás la victoria”. Esa voluntad se puso en evidencia en campo abierto o en los enfrentamientos de guerras de guerrillas, y ese deseo fue el que provocó, según el Coronel Navas Ramírez, que los franceses, “que ya actuaban por miedo, terminasen siendo derrotados”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Los Sitios de Zaragoza, Santiago Gonzalo, ha ofrecido una ponencia sobre el papel del Ejército francés bajo el título “Un bastón en la mochila: improvisación y técnica”. Santiago Gonzalo ha manifestado que la estrategia operativa de Napoleón “obedecía a patrones muy estudiados, aunque sin desdeñar cierto margen a la intuición; en cambio, en el plano táctico permitía con frecuencia improvisaciones, aprovechando al máximo las particulares facultades de sus generales”.

También ha sido contundente al asegurar que para Napoleón su Ejército era “una herramienta”; en ese sentido, “tenía un absoluto desprecio por sus tropas, no se preocupaba por la vida del soldado, lo que le hizo cometer bastantes errores”.  Santiago Gonzalo ha descrito que Napoleón, tras la Revolución Francesa, se encontró con un Ejército que “ya no era voluntarista y que no entendía muy bien cuál era el papel que desempeñaba en Prusia, Polonia o España”.

El presidente de la Asociación Los Sitios de Zaragoza ha hecho una referencia concreta al Ejército francés que vino a España. “Las levas de reclutas las fue empleando Napoleón para empleos menores y España creía que era un problema menor, y ahí cometió el primer un error; además, en nuestro país no había tantos alimentos como en Alemania o Prusia y los soldados franceses sufrieron muchas calamidades”. Santiago Gonzalo ha puesto el ejemplo del segundo Sitio de la ciudad de Zaragoza, que fue asaltada por dos Cuerpos de Ejército. “El primero era de reclutas noveles y el otro era veterano, que es el que reservó. No puede haber un cálculo más frío; Napoleón presuponía que Zaragoza no merecía ser atacada por tropas de élite, mientras que otras plazas sí; trenzando esta especie de ajedrez cruel que finalmente le llevó al fracaso, fue como Napoleón planteó la invasión de España”, ha concluido.

Otras intervenciones

Por otra parte, el Catedrático de Historia de la Universidad de Liverpool, Charles Esdaile, ha hablado sobre “El Ejército británico de Wellington”. En primer lugar, ha ofrecido numerosos datos sobre la organización, reclutamiento, oficialidad, disciplina, motivación, armamento y táctica de las Fuerzas Británicas. A juicio de Charles Esdaile, “para muchos españoles, el Ejército Británico es el gran desconocido de la Guerra de la Independencia Española: en muchas historias españolas del conflicto casi no hay mención de sus hazañas, mientras que el tema de sus estructuras internas ha merecido menos atención todavía”.

Con esta ponencia, precisamente, el Catedrático de Historia de la Universidad de Liverpool, ha intentado llenar ese hueco, “siendo una tarea tanto más importante dado el papel fundamental que jugaron las tropas de Wellington en la liberación final de España”. De una forma pormenorizada también ha dado cuenta de “la serie continua de victorias” del Ejército Británico sobre los franceses en España y Portugal.

Por otra parte, el Viceministro en el Ministerio de Combatientes y Víctimas de Represión de la República de Polonia, Jan Stanislaw, ha ofrecido la última de las ponencias sobre “Aspectos militares de la participación polaca en la Guerra de la Independencia Española”.

En su intervención ha destacado que las tropas polacas que intervinieron en esta guerra bajo el mando de Napoleón “han sido poco estudiadas a excepción de sus Regimientos de Lanceros polacos”. Ha descrito los métodos, técnicas de combate, uniformidad, organización…, además de reseñar los éxitos, errores y lecciones aprendidas de las diferentes batallas en las que participaron en territorio peninsular los Regimientos de Lanceros polacos. Estos eran muy apreciados por los Generales franceses, lo que llevó a una distribución de los mismos en pequeñas Unidades del Ejército francés en España y que estos Comandantes no quisieran renunciar al mando directo sobre los mismos, al punto de incumplir órdenes directas del propio Napoleón.

Finalmente, el Doctor en Letras por la Universidad de Lisboa, Antonio Pires Ventura, ha pronunciado una conferencia sobre “Portugal: Base y Teatro de Operaciones de la Guerra Peninsular”. En su intervención ha reivindicado el papel de los portugueses, “que han sido unos de los grandes olvidados de esta guerra”.

De dcha a izda, Santiago Gonzalo, presidente de la Asociación Cultural «Los Sitios de Zaragoza», Charles Esdaile, José Antonio Armillas, Antonio Pires Ventura, Jan Ciechanowski y José Navas.
José Antonio Armillas, comisario del Bicentenario y
Santiago Gonzalo, presidente de la Asociación Cultural «Los Sitios de Zaragoza»
Nuestra Asociación llevó a cabo 
una Ruta de
Los Sitios dentro del Congreso de Historia.

2 de abril.

“El mito de los sitios no nos deja ver su verdadero
significado para el desarrollo de la guerra”

El profesor de Hª Militar Francisco Escribano cree que el sacrificio de los asedios “supuso que la guerra fuese muy distinta a cómo podía haber sido”.

El VI Congreso de Historia Militar ha dedicado la tercera jornada a analizar las operaciones militares desarrolladas durante la Guerra de la Independencia Española y, entre ellas, la guerra de sitios. Esta ponencia, en concreto, ha sido desarrollada por el Comandante y Profesor de Historia Militar de la Academia General Militar, Francisco Escribano, quien ha destacado que “el mito de los sitios no nos deja ver lo que de verdad significaron para el desarrollo de la Guerra de la Independencia”; y es que, a su juicio, los sitios “fueron una de las cuatro patas principales de la guerra junto al papel del Ejército Español, el fenómeno guerrillero y el Ejército Británico”. 

A la conclusión de su conferencia, el Comandante Escribano se ha planteado si de verdad valió la pena el enorme sacrificio que hicieron algunas ciudades como Zaragoza, de encerrarse, de sufrir el tifus y los bombardeos. Y ha llegado a la conclusión de que “desde un punto de vista humano y ciudadano, quizá no, ya que casi todos los asedios terminaron en una derrota y de mala manera, pero desde un punto de vista más global, ese sacrificio supuso que la guerra fuera muy distinta a cómo podía haber sido”. 

En su intervención también ha detallado que la guerra de asedios “supuso un gran desgaste para los franceses”. Sin embargo, aunque se ponen en un nivel parecido de importancia la guerra de guerrillas y los Sitios, ha manifestado que “estos últimos suelen quedarse en el mito de personajes como Agustina de Aragón o el General Palafox, sin llegar a profundizar mucho más en su importancia en el contexto general de la guerra”. En el caso de los Sitios de Zaragoza, el Comandante Francisco Escribano ha analizado la repercusión que tuvieron en las posibilidades operativas del Ejército Francés: “A Zaragoza llegaron 50.000 soldados franceses que estuvieron durante cinco meses; unos soldados que en otros lugares podían haber ganado batallas o haber ocupado Portugal, por lo que esos asedios le restaron una gran potencia de combate al Ejército invasor”.

Además de los Sitios de Zaragoza, el ponente se ha referido a otros asedios importantes como los que se produjeron en la frontera con Portugal, en lugares como Ciudad Rodrigo o Badajoz, que permitieron retrasar la invasión de Portugal por los franceses. “El resultado fue que Wellington ganó tiempo para fortificarse junto a Lisboa y arrasó Portugal, de forma que cuando los franceses consiguieron liberarse de los  asedios en la frontera y entrar en Portugal, lo que se encontraron fue un desierto y las impresionantes fortificaciones levantadas en Lisboa; ésa fue la función de los sitios de las ciudades”.

Otras intervenciones

Por otra parte, el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, Antonio Moliner, ha hablado sobre “El movimiento guerrillero en la Guerra de la Independencia”. Ha destacado que “la guerra tuvo un carácter anárquico, hasta cierto punto informal y fragmentario; los primeros fracasos de 1808 (Rioseco, Zornoza o Tudela) multiplicaron el número de soldados dispersos, muchos de los cuales se convirtieron en guerrilleros”. En ese momento, ha proseguido, ante la imposibilidad de hacer la guerra al Ejército Francés de otra manera se utilizó el sistema de guerrillas, que se generalizó a partir de 1809. “Los guerrilleros se convirtieron en el referente de la resistencia, y en 1810 y 1811 se crearon muchas unidades reguladas a partir de las guerrillas, transformándose en Soldados y Oficiales del Ejército, sin perder su carácter inicial”, ha concluido.

Por su parte, el Coronel de Infantería Fernando Puell de la Villa, ha ofrecido numerosos datos sobre el reclutamiento y la movilización durante la Guerra de la Independencia Española. Hoy por hoy, y mientras no se disponga de documentos que lo corroboren, ha asegurado que “resulta imposible computar con una aproximación fiable el número concreto de españoles que se alistaron voluntaria o forzosamente en los Ejércitos que combatieron entre 1808 y 1814”. Sin embargo, a título meramente orientativo, ha destacado que la cifra pudo fluctuar entre 255.000 y 340.000, incluidos los enrolados en partidas de guerrillas.

Otra de las ponencias de la jornada de hoy se ha centrado en “La Armada durante la Guerra de la Independencia”, impartida por el Capitán de Navío José María Blanco. En su intervención ha analizado cuál era la situación de la Marina Española en 1808, “aún bastante potente a pesar de la derrota de Trafalgar y del bloqueo británico”. También ha descrito la situación del personal, que en un número elevado de casos sirvió en Unidades de Tierra, incluso participando en el Dos de Mayo y en Los Sitios de Zaragoza. De hecho, ha explicado que la Real Armada combatió, en general, en tierra durante la Guerra de la Independencia, con todo lo que tenía a su alcance, con el material de sus arsenales y buques, y con los Cuerpos de Infantería y Artillería.

Finalmente, la última ponencia de la jornada la ha impartido el profesor de la Universidad de Zaragoza, Enrique Bernad, con el título “El Ejército Español: una mirada desde el siglo XIX”. En su intervención ha comparado el modelo de Ejército que quiso construirse durante la Guerra de la Independencia con el que efectivamente se configuró después, a lo largo del siglo XIX. Ateniéndose al título de su conferencia, el profesor Bernad se ha planteado cuál fue la mirada que el siglo proyectó a los acontecimientos militares de 1808 a 1814 y qué consecuencias prácticas sacó de ello.

Por otra parte, en la sesión de tarde del VI Congreso de Historia Militar se va a proceder a la lectura de algunas de las comunicaciones que se han presentado a este Congreso en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. La lectura de estas comunicaciones continuará mañana por la tarde en la Academia General Militar.

Finalmente, dentro del programa del Congreso, esta tarde se celebra en el Auditorio de Zaragoza un concierto de la Banda de Música de la Academia General Militar.

De izda a dcha, Fernando Puell, Enrique Bernad, Patricio Mandiá,
Antonio Moliner, José Mª Blanco y Francisco Escribano.
Francisco Escribano durante la ponencia.

3 de abril.

“La falta de alimentos y las enfermedades determinaron
la rendición de Zaragoza en los Sitios”

El Jefe de los Servicios Sanitarios de la AGM. ha abordado la asistencia sanitaria durante la guerra, y también se han analizado otros aspectos como el reclutamiento, la gestión de prisioneros o la formación de los Oficiales.

La cuarta jornada del VI Congreso de Historia Militar se ha dedicado a analizar otros aspectos relevantes de la Guerra de la Independencia Española como el reclutamiento, la gestión de prisioneros, la formación de los Oficiales o la sanidad. El Teniente Coronel Luis Arcarazo, Jefe de los Servicios Sanitarios de la AGM. ha abordado la asistencia sanitaria en Zaragoza durante toda la guerra, una faceta bastante desconocida, al ser la parte menos gloriosa de los combates, pero imprescindible en cualquier conflicto y que, a su juicio, “fue la que finalmente determinó la rendición de la ciudad”.

El TCol. Arcarazo ha explicado cuáles eran los medios sanitarios de los que disponía la capital en 1808: Colegios de médicos, cirujanos y boticarios, e instituciones hospitalarias, como el Hospital de Nuestra Sra. de Gracia, uno de los pocos medicalizados de la época, y el Hospital de Convalecientes. “La medicina no estaba a la altura de las circunstancias en cuanto a conocimientos y preparación de los médicos –ha asegurado– y a ello se sumó el problema logístico que se creó en una plaza como Zaragoza al acantonarse más de 100.000 personas durante cinco meses”. En aquellas condiciones de falta de alimentos, higiene, hacinamiento y combates se desarrolló una gran epidemia de tifus “que fue la que diezmó realmente la guarnición”, ha explicado el ponente.

Tras el segundo Sitio, en el momento en que Zaragoza se rinde y sale la guarnición superviviente –aproximadamente 9.000 personas– y los franceses ocupan la ciudad, “se estima que habían fallecido unas 54.000 personas, y en los meses siguientes, mientras se sanea Zaragoza, todavía morirían 8.000 más”. De estos fallecidos, ha explicado el Teniente Coronel Arcarazo, “se calcula que los combates provocaron la tercera parte de las muertes, mientras que el resto falleció por la epidemia de tifus”. En ese momento, cuando Zaragoza es ocupada por los franceses y sale la guarnición que no quiso firmar fidelidad al Rey José I, el Jefe de los Servicios Sanitarios de la AGM ha comentado que la capital aragonesa “quedó reducida a 10.000 personas; ése fue un bache demográfico gravísimo que hipotecó el crecimiento de Zaragoza en todo el siglo XIX”.

Durante esta jornada, el Teniente Coronel José Ramón Ortiz de Zárate, Director del Departamento de Ciencias Jurídicas y Sociales de la AGM., ha hablado sobre «La formación de Oficiales durante la Guerra». En su intervención ha asegurado que la guerra se convirtió en «juez de nuestro sistema de enseñanza militar, donde la descoordinación de los sistemas de formación de Oficiales de las Armas y Cuerpos impidió una unidad de doctrina que hubiera facilitado la actuación de los Ejércitos». Sociológicamente, prosigue, el Ejército cambió durante la guerra al romperse su carácter estamental, incorporando Oficiales de las clases medias salidos de las Escuelas Militares.

La enseñanza militar, de 1808 a 1814, corrió pareja a las vicisitudes del Ejército Español. Una primera fase, de 1808 a 1810, fue, según el Tcol. Ortiz de Zárate, de “desorganización”, en la que las sucesivas derrotas y la disolución y traslado de los centros docentes “motivaron la desaparición de multitud de Academias en los diferentes Ejércitos”. En ellas se integraron Universitarios y Cadetes, con unos medios y estudios bastante básicos, y con unos resultados precarios.

En la segunda fase, llamada de “plenitud”, que abarca de 1811 a 1814, el parón francés en el Sitio de Cádiz “dio la tranquilidad y estabilidad necesarias para reorganizarse y conseguir una cierta eficacia.

Otras intervenciones

El Teniente Coronel José Manuel Guerrero Acosta, ha desarrollado una ponencia sobre «Armamento y tácticas en la Guerra de la Independencia». En su intervención ha asegurado que durante los seis años de conflicto napoleónico en la Península Ibérica, «el Ejército Imperial hizo uso del empleo táctico que tan magníficos resultados le había proporcionado en los teatros de operaciones». En este sentido, la flexibilidad de las grandes Unidades napoleónicas, la experiencia en el campo táctico de sus Generales, la superioridad en el empleo de la Artillería, y su Caballería sin equivalente en el bando aliado, le proporcionarían muchas victorias.

Por otra parte, el Catedrático de la Universidad de París III-Nueva Sorbona, Jean Rene Aymes, ha hablado sobre un aspecto poco conocido: la gestión de prisioneros. La deportación a Francia se explica, a su juicio, «por las insuperables dificultades que hubiera supuesto en España, para los militares imperiales, la organización de lugares de detención, la vigilancia de los hombres, su abastecimiento, y ello en un entorno generalmente favorable a esos adversarios». El profesor Rene Aymes ha ofrecido la cifra de 50.000 deportados, que se divide en varias categorías: los vencidos en los campos de batalla, las guarniciones de las ciudades sitiadas y conquistadas, algunos cabecillas, eclesiásticos tenidos por peligrosos y, con el estatuto de rehenes civiles, los parientes de guerrilleros conocidos.

Finalmente, El Coronel José Priego Fernández, Doctor en Hª. del Arte ha ofrecido una ponencia sobre «Iconografía y guerra», en la que se ha planteado «si es posible dar un paso más y realizar una historia militar de nuestra llamada Guerra de la Independencia o del arte militar de la época partiendo de las imágenes”.

Por otra parte, esta tarde está previsto leer alrededor de 20 comunicaciones relacionadas con la Guerra de la Independencia Español, centradas en el conflicto en Aragón y en los Sitios de Zaragoza.

El Teniente Coronel Arcarazo, junto a una imagen del antiguo hospital de Nuestra Señora de Gracia.

4 de abril.

El VI Congreso de Hª Militar se clausura con un balance
de las enseñanzas de la Guerra de la Independencia

El VI Congreso de Historia Militar se ha clausurado hoy con los últimos debates y reflexiones sobre el tema central de este Congreso: “La Guerra de la Independencia Española: una visión militar”. El Delegado del Gobierno en Aragón, D. Javier Fernández, ha presidido el acto de clausura, al que han asistido la Directora General de Relaciones Institucionales de la Defensa, Dª. Celia Abenza; el Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, D. Miguel Ángel Ruiz y el Director de la Academia General Militar, General D. Juan Antonio Álvarez Jiménez.

El Director de la Academia ha destacado en su intervención la importancia que este Congreso ha tenido a la hora de “mejorar la cultura de la Defensa y facilitar el acercamiento de las Fuerzas Armadas a la sociedad de las que forman parte y de la que necesitamos su apoyo, cariño y comprensión”.

El General D. Juan Antonio Álvarez Jiménez también ha hecho hincapié en la que a su juicio ha sido una enseñanza “fundamental” de este Congreso para los alumnos de las diferentes Academias Militares, y “muy significativa” para todos los participantes. “La Guerra de la Independencia se gana gracias a la aplicación de uno de los principios fundamentales del arte de la guerra, la voluntad de vencer, que nuestra doctrina define como el firme propósito del Mando y de las Tropas para imponerse al adversario en cualquier situación, por desfavorable que ésta sea”. En este sentido, ha mostrado su convencimiento de que “aplicando este concepto, podremos superar todos los problemas que se nos puedan plantear a lo largo de nuestra vida”.

Ponentes

En la última jornada del VI Congreso de Historia Militar ha intervenido el Teniente General D. Andrés Casinello Pérez, quien ha pronunciado la conferencia de clausura hablando de «Las enseñanzas de la Guerra de la Independencia». La primera de ellas, ha asegurado, es que «fue una guerra caótica, desordenada, en la que sucedieron a la vez muchas cosas distintas y hasta contrapuestas, que sólo el ánimo del historiador, o el autor, reducen a una síntesis coherente alrededor del hilo conductor que lleva del 2 de Mayo de 1808 al 19 de Abril de 1814».

El General D. Andrés Casinello Pérez ha destacado, además, que «no se parece nada a las guerras en las que intervino España durante los trescientos años anteriores, que habían sido «guerras expedicionarias», reñidas por unos Ejércitos formados ex profeso, mientras la inmensa mayoría de nuestros conciudadanos seguían en paz». De parecerse a alguna guerra, ha concluido el Teniente General Casinello, «se parecería a la de los ocho siglos de la Reconquista, caracterizada por un propósito colectivo y general de todos los pueblos y regiones en que puede dividirse nuestra Patria».

La guerra se ganó pero, ¿quién ganó la guerra?, se ha planteado el ponente durante su intervención. «Los ingleses ganaron todas las batallas, lo que no es poco, mientras nuestro Ejército perdió casi todas, pero siguió peleando siempre, con una voluntad de vencer inexplicable. Está también la resistencia popular, puesta de manifiesto en el movimiento guerrillero y en la defensa de las plazas fuertes y está, también, la sangría de la expedición a Rusia, que alejó de nuestro territorio a muchas de las mejores tropas francesas cuando la partida parecía ya decidida a su favor». Los unos sin los otros, ha concluido el Teniente General Casinello, «no hubieran podido conseguir esa victoria, fue el esfuerzo común, por muy descoordinado que fuera, el que consiguió alzarse con el triunfo final».

Previamente, el Catedrático de Historia del Pensamiento Político, D. Antonio Elorza, ha pronunciado una conferencia sobre «Independencia, nación, libertad política». «En fecha reciente –ha destacado– y de acuerdo con las interpretaciones periféricas que vienen a negar la existencia de una nación española, y por consiguiente de un posible levantamiento nacional, se ha cuestionado incluso que la insurrección y la guerra tuvieran como meta política la independencia».

A partir del examen de las hojas volantes y de los papeles periódicos de los primeros meses de la Guerra de la Independencia Española, Antonio Elorza afirma que dicha interpretación carece de base, ya que desde un primer momento, incluso por aquellos que secundan la invasión, el concepto de independencia, es más, de independencia amenazada, está presente, al lado de las protestas en defensa de la religión y del Rey cautivo, pero también de un planteamiento político que reivindica la soberanía nacional y la organización de un nuevo régimen regido por la idea de libertad».

De izda a dcha, coronel Bayo, general Pinto, general Álvarez, señor Fernández, señora Abenza,
señor Ruiz y coronel Mandiá.

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