ASOCIACIÓN CULTURAL LOS SITIOS DE ZARAGOZA

En el Colegio de los PP.Escolapios estudiaron Goya y Palafox. Allí enseñaba el P. Boggiero. Convertido en hospital, bajo su Iglesia de Santo Tomas se hallan enterrados innumerables patriotas que murieron durante Los Sitios.

Bajando por la calle Conde de Aranda (paralela a la inmerecida -por lo estrecha e impropia- calle dedicada a Agustina de Aragón) nos encontramos con otro nombre relacionado con los combates del Portillo y la Aljafería: D. Mariano Cerezo, buen parroquiano de San Pablo, quien tuvo a su cargo la defensa de la Aljafería durante ambos asedios. Tanto trabajó por la libertad de su ciudad que murió de agotamiento pocos días después de la Capitulación. Su imagen, de las más representadas en la iconografía de la gesta, le muestra protegido por el característico escudo redondo con el que ya había intervenido en el «motín de los broqueleros», cuarenta años antes. Tras atravesar Conde Aranda encontramos la casa de Cerezo, recordada con una sencilla placa, en el cruce de su calle con la de Boggiero:

«A D. MARIANO CEREZO / Eminente patricio defensor heroico / de Zaragoza.  / Espejo de patriotismo en el glorioso / alzamiento de 24 de mayo de 1808 /  dedican esta memoria / con ocasión del I Centenario de Los Sitios. / La Patria y la Ciudad agradecidas.»

Aunque en nuestro recorrido no nos acercamos a la iglesia de San Pablo, no podemos dejar de citar el hecho de que el Padre Sas ejercía allí sus labores sacerdotales, que el tío Jorge era también parroquiano (su partida de Bautismo se conserva en los archivos) y que muchas de las escopetas que protegieron la muralla oeste, con las puertas del Portillo y Sancho, enardecían sus espíritus al amparo de tan venerables muros. En las últimas obras de consolidación (años 1985-86) aún han aparecido enterradas entre cascotes y dobles muros, algunas balas de cañón, inconfundiblemente napoleónicas; otro tanto ha ocurrido en el Portillo. Bolas de hierro, enteras o fragmentadas, recuerdo de los atroces bombardeos.

En la esquina de la calle Conde de Aranda con la actual Avenida de César Augusto se encuentra el Colegio de las Escuelas Pías. La antigua calle ha desaparecido con la última remodelación. Allí estudió Palafox de niño (junto con sus dos hermanos), bajo la directa tutela del Padre Basilio de Santiago Boggiero Spotorno; su nombre verdadero era Juan, pero al ordenarse lo cambió por el de Basilio, y siguiendo la costumbre escolapia de añadirle el de algún Santo o advocación de la Virgen o similares, usó desde entonces el «de Santiago». (SANCHO IZQUIERDO, M. «Los escolapios en lo Sitios de Zaragoza, 1958). Cercano desde siempre a la casa de los Palafox, por su extraordinaria sabiduría y prudencia, fue el más apreciado consejero del Caudillo de Aragón en los días tristes. 

Tras la Capitulación, pagaría con su vida tan dedicada lealtad: la noche del 24 de febrero sería asesinado -junto con el P. Santiago Sas-por un piquete de soldados franceses, que arrojarían posteriormente sus cuerpos al Ebro, por el Puente de Piedra.

Sobre los autores materiales de semejante «hazaña» existe cierta controversia: los testigos del prendimiento, con la imprecisión que el grave momento y las altas horas de la madrugada conllevan, hablan de un juez español, Solanilla (posteriormente despedido para evitar testigos) que se presentó con una guardia francesa. Parece ser, por otra parte, que hubo algún espectador involuntario -un transeúnte nocturno por el Puente- e incluso se cuenta con la transmisión oral de la versión del propio oficial francés que mandó el piquete. Toreno por ejemplo -al que le fue referido, dice, por el propio Pedro Mª Ric- habla de granaderos. Otras fuentes citan lanceros, mencionando el regimiento incluso, el 121. En cualquier caso, se trató de una ignominiosa venganza, a pesar de las contradictorias explicaciones que el propio Mariscal Lannes argumentó en dos escritos de diferente fecha.

En el interior del Colegio, una sencilla lápida en su honor da nombre al claustro principal (hoy en remodelación). En el llamado Patio de las Tres Fuentes, en el que aún es posible distinguir huellas de la metralla napoleónica, se colocó una placa conmemorativa con ocasión del 150 Aniversario de los Sitios, que dice:

«En este fugar / practicaba sus juegos y recreos / que alternaba con las / disciplinas escolares / el que fue alumno de este colegio / JOSÉ REBOLLEDO PALAFOX Y MELZI / Capitán General y Caudillo de Aragón / en los gloriosos Sitios / Bajo la asidua dirección del / P. BASILIO BOGGIERO DE SANTIAGO / vilmente asesinado por los franceses. / Honor a los Héroes y / Gloria a los Mártires. / Los Ex-Alumnos en el CL Aniversario / de los Sitios de Zaragoza – 1808-1809».

Por su proximidad al escenario de combate del Portillo, el Colegio de Escolapios cumplió funciones de hospital. En sus archivos se registran 600 soldados muertos (principalmente por contagio) bajo sus bóvedas, junto a 14 religiosos de la Orden y un número indeterminado de gentes de los alrededores. Algunos de ellos fueron inhumados bajo el suelo de la Iglesia.

Al no existir la actual calle Conde de Aranda, la puerta principal del Colegio daba «atrás» a la calle llamada Castellana, hoy conocida precisamente como Boggiero. (PASTOR BELTRAN, A. Los Escolapios y los Sitios de Zaragoza. Biografía del P. Boggiero. Ed. Heraldo de Aragón, Zaragoza (1959).

Para más información, ver artículo en:  La Plaza del Portillo

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